La huella imborrable de Juana Cata en el Istmo de Oaxaca
CIUDAD DE MÉXICO.- Juana Catalina Romero, llamada por todos Juana Cata, fue amiga íntima de don Porfirio Díaz en el tiempo en que ambos vivían los años de su juventud. Hermosa, inteligente, altiva, Juana dejó huella imborrable en don Porfirio.
Porfirio Díaz era un muchacho fuerte y sano. Fue él quien instaló el primer gimnasio que hubo en Oaxaca y quien llevó a esa ciudad los primeros libros que sobre gimnasia se leyeron.