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Jueves Santo: La última cena de Jesús y el lavatorio de los pies

Foto(s): Cortesía
Itzel Guizar

La iglesia católica celebra la liturgia del Jueves Santo para conmemorar la Institución de la Eucaristía, en la celebración de los Santos Oficios. En la hora santa, se rememora la agonía y oración de Jesús en el huerto de los olivos, la traición de Judas y el apresamiento de Jesús.

En la mañana del Jueves Santo el obispo oficia la Misa Crismal, consagrando el Santo Crisma y bendiciendo los óleos a utilizar en la administración de los principales sacramentos.

Durante la tarde se celebra la Misa de la Cena del Señor, en conmemoración a la Última Cena de Jesús con sus discípulos. Es una misa vespertina previa al Triduo Pascual, que culminará el Domingo de Pascua, la Resurrección de Jesucristo.

La última cena

Según narran los Evangelios, en la Última Cena Jesús se reunió con los doce apóstoles para despedirse de ellos antes de su muerte, que él ya preveía. Además, durante esta cena les anunció que uno de ellos le traicionaría, dando a entender que era Judas Iscariote.

El lavatorio de los pies

El lavatorio de los pies tiene lugar durante la Última Cena. El episodio aparece narrado en elevangelio de San Juan (capítulo 13, versículos 1 al 15). En un momento de la Última Cena, Jesús se levantó de la mesa, se quitó los vestidos, se ciñó una toalla y echó agua en un lebrillo. Entonces se puso a lavar los pies de sus apóstoles.

El único de los doce que le cuestionó esta acción fue Pedro, quien le dijo: “No me lavarás los pies jamás”, pues entendía esto como una humillación de su Señor hacia él, su discípulo. Jesús le respondió: “Si no te lavo no tienes parte conmigo”. A lo que Pedro replicó: “Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza”.

Jesús realizó esta acción como ejemplo de servicio y de humildad, ordenando que los lavados hicieran lo mismo que él había hecho con ellos.