Durante las últimas 72 horas una lluvia pertinaz ha azotado el municipio de Asunción Ixtaltepec, por lo que las familias damnificadas por los sismos viven verdaderamente entre el lodo y ya existen brotes de enfermedades gastroinstinales, afirmó el integrante de la Coordinadora Única de Damnificados de Ciudad Ixtaltepec, Rey Luis Toledo.
JUCHITÁN, Oaxaca.- El presidente de la Unión Ganadera Regional del Istmo de Tehuantepec (UGRIT), Jorge López Guerra, confirmó ayer que la comercialización del ganado bajó considerablemente, pues las condiciones sociales no están bien desde que ocurrió el sismo el pasado 7 de septiembre.
“Haciendo un ejercicio: si en Juchitán se mataban 40 cabezas de ganado para comercializarlo en el mercado, ahorita sólo se están sacrificando 10 cabezas, ya que ni mercado hay”.
SANTIAGO ASTATA.- En este municipio del Istmo de Tehuantepec ningún edificio público ser salvó de la catástrofe. El sismo de 8.2 grados en la escala de Richter que azotó la entidad el pasado 7 de septiembre colapsó siete escuelas, -de los niveles de preescolar a preparatoria-, el palacio municipal, mercado, el centro de salud de un consultorio y hasta el templo católico.
En Oaxaca se construyen alrededor de 2 mil 500 viviendas económicas por año, por lo que considerando este tipo de infraestructura, la reconstrucción del Istmo de Tehuantepec, zona devastada por el terremoto del pasado 7 de septiembre, podría quedar lista en aproximadamente una década.
De acuerdo con el presidente de la Cámara Nacional de la Vivienda (Canadevi) delegación Oaxaca, Carlos Antonio Ayuso Ángeles teniendo la capacidad de mano de obra, permisos y aceptación de la población necesitada, se podrían construir hasta mil viviendas en tres meses.
COLONIA EL JORDÁN, Tehuantepec, Oaxaca.- El terremoto que se registró el 7 de septiembre y sus continuas réplicas, han obligado a cientos de personas a abandonar sus hogares y a refugiarse en los diferentes albergues que fueron instalados para enfrentar la emergencia.
Sin casa
JUCHITÁN, Oaxaca.- Cientos de familias residentes en este y otros municipios decidieron huir hacia otras regiones, ante los embates de los sismos y las incesantes réplicas que siguen atemorizando a la población.
Tienen miedo
El miedo se ha desbordado en muchas familias de colonias y secciones; que si bien es cierto que algunas han decidido pedir albergue en casas de familiares o amigos, la resistencia de muchas familias ha llegado a su límite y han viajado a otras entidades.
Un grupo de damnificados del sismo del pasado 7 de septiembre, encabezado por el señor Antonio Blas Vicente, acudió a casa de la alcaldesa de Juchitán Gloria Sánchez, para obtener lonas, ya que la lluvia no ha dado tregua a quienes se quedaron sin nada y deben dormir en la calle, sin embargo la respuesta fue negativa bajo el argumento de que son simpatizantes del Partido Revolucionario Institucional, filiación política contraria a la de la alcaldesa.
CHICAPA DE CASTRO, JUCHITÁN DE ZARAGOZA, OAXACA.- “¡Tío sácame de acá, tío sácame de acá!” fue el grito que salvó a la pequeña de cuatro años Yireth Sicarú y su abuela Alba Rosa Martínez López, al quedar sepultadas bajo escombro, polines y tierra en el sismo del pasado 7 de septiembre.
En el patio de la casa, donde solo hay un montón de escombros en lo que fue la cocina y dormitorio de la familia, la señora Martínez López recuerda que al escuchar la voz de la niña su hermano Lorenzo corrió a solicitar el apoyo de sus vecinos para rescatarlas.
JUCHITÁN, Oaxaca.- El corazón de los juchitecos se cubrió de un velo de intranquilidad; fue cegado, sus huesos crujieron y sus músculos ardieron; era su cuerpo que se preparaba para huir del horror, de la muerte, de un destino que es inaceptable.
Los sismos que estremecieron a la región el 23 de septiembre atrajeron el pánico; la memoria, siempre viva, les recordó el poder de la naturaleza que se desató el trágico 7 de septiembre y que provocó grandes daños, así como dolor por las pérdidas humanas.
JUCHITÁN, Oaxaca.- Eran las primeras horas de este sábado, cuando un estruendo acompañado de una fuerte sacudida despertó a las poblaciones istmeñas que apenas comenzaban a conciliar el sueño, después de las múltiples y constantes réplicas que se han registrado desde aquella noche del jueves 7 de septiembre, cuando la madre tierra bramó.
