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Llora el Istmo al despedir a Jenny

Foto(s): Cortesía
Redacción

MATÍAS ROMERO AVENDAÑO, Oaxaca.- La carroza blanca atravesó casi toda la ciudad, llevando en su interior el ataúd de madera que resguardaba el cuerpo de Jennifer Antonio Carrillo, la joven de 18 años de edad, que al calor de una discusión, fue rociada de gasolina por su esposo y quemada.
 


Adiós, Jenny


Detrás, los familiares y amigos cargaron flores y llanto que depositaron en el panteón municipal de Matías Romero Avendaño, ese pueblo de la zona norte del Istmo oaxaqueño que alguna vez vio el esplendor del ferrocarril y ahora está consternado por la muerte de Jenny, como la nombran cariñosamente.


La ceremonia fue sencilla, una parada antes en la diminuta capilla abierta del panteón municipal; ahí, los músicos dieron pausa por unos minutos para que los familiares agradecieran las muestras de apoyo del pueblo de Matias Romero y de todo el Istmo, que en un acto insólito brindaron solidaridad a través de las redes sociales y con apoyos voluntarios a la familia y a la Fundación Te Queremos Ayudar, quien se hizo responsable de la atención hospitalaria de la joven istmeña.


El castigo al supuesto responsable, el esposo de Jennifer, los familiares lo dejaron a la justicia divina.
Después de los aplausos de despedida, la banda de música encaminó los pasos hacia la sepultura de la joven que se llevó cientos de gladiolas y rosas blancas y rojas.
 


Destino fatal


Jenny murió de un paro cardiaco el mediodía del pasado domingo después de un mes y seis días de estar internada en la Unidad de Quemados del Hospital de Especialidades de Veracruz, a causa de las quemaduras en un 70 por ciento de su cuerpo, que su esposo le provocó al prenderle fuego la madrugada del 27 de febrero, en el patio de su casa.
 


Esperanza fallida


El pasado 29 de marzo, la fundación había anunciado que gracias a los médicos y personal de enfermería de Coatzacoalcos, en el manejo inicial y con 25 días atendida por un  equipo de médicos y enfermeras en la Unidad de Quemados de Veracruz, Jenny había salvado su vida.


Aún con ese pronóstico, su estado de salud era delicado por la gran extensión de sus quemaduras en ambas piernas y brazos. Durante el tiempo de su atención, la joven no podía hablar, sólo emitía susurros y era atendida por su madre Xóchitlquetzal Carrillo.
 


El viudo sigue prófugo


Edgardo Romero Álvarez, el marido acusado de rociarle gasolina y quemarla -en estado de ebriedad- durante una discusión la madrugada del  lunes 27 de febrero, aún está prófugo.
Los familiares de Jenny reportaron que fue el mismo esposo, después de quemarla, quien la trasladó al hospital del Seguro Social (IMSS) de Matías Romero.


La abuela Eloísa, jefa de servicios de urgencias del IMSS los domingos por la noche, la recibió alrededor de las cinco de la madrugada; venía en una silla de ruedas, quemada en un 70 por ciento de su cuerpo.


"Yo los recibí alrededor de las 5 de la madrugada. Él me dijo que ella se prendió fuego. Olía a gasolina. Yo ya les había llamado la atención porque el señor anda en malos pasos con esa gasolina que venden clandestina. Yo le dije: pasó lo que ya me temía. La verdad, lo corrí; él mismo la fue a dejar en silla de ruedas”, narró la anciana en esa ocasión.
Los familiares de Jennifer denunciaron negligencia por parte del Ministerio Público de Matías Romero, ya que estos se comunicaron con ellos después de casi cinco horas de que se reportó el hecho.