TEHUANTEPEC, Oaxaca.- La presencia de comerciantes informales en los espacios públicos afecta a los monumentos históricos de Tehuantepec, los cuales son patrimonio cultural de los tehuanos.
Si continúan con la invasión de espacios históricos pondrían en riesgo gran parte de los inmuebles antiguos que aún se conservan en el primer cuadro de la ciudad.
De acuerdo con el joven estudiante José Luis García, la ciudad es para que la población transite por las calles, visite inmuebles históricos y disfrute de la arquitectura, sin embargo, "vemos con tristeza la invasión de la vía pública, y frente a los monumentos arquitectónicos".
"Es importante que las autoridades locales tomen conciencia del valor histórico que tiene la ciudad para que aprendan a convivir con ella sin causarle más daño", expresó.
A la vista de todos, el número de vendedores ambulantes comenzó a crecer de manera exponencial en los últimos años, debido a una falta regulación del comercio en el primer cuadro de la ciudad.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) considera que deben tener más de 100 años para ser considerados en los programas de protección, sin embargo, las construcciones antiguas y edificios coloniales de Tehuantepec no entran en ese catálogo.
Inmuebles como el Ex convento Dominico, el Chalet de Juana C. Romero, pero sobre todo las viejas casonas que son las más afectadas por la falta de un programa de conservación patrimonial histórica, merecen ser tomadas en cuenta.
El perímetro de las construcciones antiguas se va reduciendo, cada vez son menos viviendas asentadas en el primer cuadro de la ciudad, ante su inevitable destrucción.
Algunas de estas construcciones han caído por su antigüedad y otras son derivadas por sus propietarios para edificar algo más moderno, sin considerar el daño que deja la invasión del ambulantaje.
El primer punto de la ciudad, es uno de esos sitios donde el paisaje cultural constituyen imágenes identificables, afianzadas por el modo de ser de sus habitantes. La presencia de haciendas como la de Santa Teresa de Jesús, el ferrocarril que pasaba frente al Chalet de Juana “Cata” ya son testigos mudos de lo que alguna vez fue Tehuantepec.
