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Registra el Istmo primera muerte por COVID-19

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- Antes del mediodía de este martes se llevó a cabo la inhumación de los restos de la primera persona fallecida por COVID-19 en la región del Istmo; tal acción fue realizada por dos empleados de una funeraria en el panteón Domingo de Ramos.


Un sepelio diferente


Aunque los protocolos dictaban la incineración del cuerpo para evitar contagios -la funeraria contratada contaba con el servicio- los familiares de CGC optaron por sacar el cuerpo en un féretro sellado, para luego ser transportado en una carroza fúnebre del hospital del ISSSTE ubicado en Tehuantepec hasta esta ciudad.



El traslado del féretro lo llevaron a cabo los dos empleados de la funeraria, quienes condujeron la carroza fúnebre hasta la calle Efraín R. Gómez, frente al Hospital Macedonio Benítez Fuentes, en donde laboró el fallecido.


Algunos de sus compañeros, entre ellos la delegada sindical del Hospital Civil, Yolanda Sánchez Ulloa, esperaron los restos en el umbral de la entrada del hospital y sin acercarse al vehículo estacionado en la calle, lo recordó como un compañero solidario con las causas del hospital, sobre todo en las movilizaciones para exigir la reparación del nosocomio y su abastecimiento.


Del otro lado de la cerca del edificio, Leopoldo de Gyves de la Cruz, hermano del fallecido, agradeció el gesto de los trabajadores de salud, lo acompañaban su madre y su hermana, la pintora Azteca de Gyvés y otros familiares; hasta este lugar se apersonaron los dirigentes de la COCEI: los hermanos Alberto y Enrique Reyna Figueroa. 


La despedida, en la distancia


Aunque una patrulla de la policía vial del Ayuntamiento acompañó al féretro, en el panteón no se realizó ningún operativo de desalojo y tampoco se acordonó la zona para que no se acercaran curiosos como algunos mototaxistas que se pararon para ver la escena, pues la carroza se instaló a unos metros de la entrada principal.


La unidad avanzó hasta llegar al panteón en donde con la presencia de algunas personas, incluso niños que merodeaban en los pasillos -que el personal de la funeraria ahuyentó-, procedieron a sacar el féretro envuelto todavía en plástico, y para evitar la incineración el cuerpo dentro de la caja murtuoria, el cuerpo debió estar en una bolsa hermética.



Los familiares presenciaron el traslado del féretro a varios metros de distancia, además de éstos se encontraban varios peones y albañiles que se encargarían de construir la fosa que llevaban para protegerse apenas unos tapabocas.


Antes de las ocho de la mañana, los familiares habían avisado a algunos medios que sepultarían a CDC y que una caravana de vehículos lo acompañarían del hospital al panteón, pero los servicios funerarios llegaron dos horas después.


Cuadro clínico y complicaciones


Según Leopoldo de Gyves de la Cruz, su hermano falleció poco después de la media noche, por lo que el cuerpo se mantuvo alrededor de diez horas en el espacio acondicionado para enfermos de COVID-19 en el hospital del ISSSTE, sin que nadie se le acercara hasta que llegaron los empelados de la funeraria.


En las primeras horas del martes 14 de abril, el hermano de la segunda persona diagnosticada con COVID-19 en la región del Istmo, Leopoldo De Gyves de la Cruz, informó en las redes sociales que una autoridad del hospital del ISSSTE en Tehuantepec, en donde estaba internado, le reportó que había fallecido. 


La primera víctima mortal del COVID-19 es originaria de esta ciudad, había ingresado al hospital el domingo 5 de abril y tenía un primer diagnóstico de neumonía atípica; aunque desde su ingreso se le habían hecho pruebas para determinar si padecía de enfermedad derivada del contagio del SARS-CoV-2, los resultados llegaron apenas el miércoles pasado.


En el mensaje vía WhatsApp que circuló en la madrugada, el líder de la COCEI informó que su hermano era un caso confirmado y presentaba una complicación pulmonar bacteriana; momentos antes de su deceso se le estaba intubando para recibir oxigeno de un ventilador porque su presión de oxigeno había bajado a un 50 por ciento.


La saturación de oxígeno en sangre en una persona saludable es de entre el 95 y 100 por ciento, pero el virus ataca los alvéolos: los sacos de aire en los pulmones que permiten el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre en la inhalación y la exhalación; el paciente llegó al hospital con apenas arriba de 85 por ciento de saturación de oxígeno, informó el ex edil de Juchitán.


Además, detalló que luego de la intubación se iba a trasladar al paciente a la capital del estado para ser ingresado al Hospital Regional “Presidente Juárez” del ISSSTE, ya que se habían quejado de las numerosas deficiencias que existen en el hospital, mismas que se repiten en los hospitales civiles de Juchitán y Tehuantepec, aunque reconoció que el personal que atendió a su hermano merecía su “admiración y respeto”.


Atención entre carencias


El enfermo había estado internado en el hospital en donde laboraba, pero ante las carencias del lugar lo trasladaron al ISSSTE de Tehuantepec que se supone es un hospital reconfigurado para la contingencia, pero los trabajadores del hospital denunciaron que cuando el enfermo llegó, no contaban siquiera con cubrebocas: el camillero lo trasladó sin la protección.


Durante los ocho días de su internamiento, el paciente había mejorado, pues se había atendido su padecimiento: “Se sentía bien, sentía que había mejorado, él se quería quedar, las informaciones clínicas eran favorables y coincidían con la percepción que él tenía de su estado de salud, estaba mejorando; pero de repente todo cambió, tuvo más problemas para respirar y finalmente la radiografía del tórax mostró que tenía más afectación, se decidió su traslado pero ya no pudo resistir y tuvo un paro respiratorio”, detalló el dirigente coceísta.


El primer fallecido por COVID-19 en el Istmo, también era trabajador de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), se desempeñaba como técnico de mantenimiento del Hospital General Macedonio Benítez Fuentes, tenía 65 años. 


El otro caso de COVID-19 corresponde a un exfuncionario de los SSO, que en un video en redes informó que el 11 de abril había concluido sus 14 días de cuarentena. Hasta el último reporte de los SSO, el número de casos confirmados seguía siendo de dos en la región del Istmo.