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Trata de personas, flagelo del Istmo

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- La trata de personas no se denuncia en el Istmo de Tehuantepec por lo que la Fiscalía General del Estado de Oaxaca no cuenta con las estadísticas precisas para señalar el aumento o la disminución del delito en la región, aunque la maestra en políticas públicas y género, Mayra López Pineda, asegura que la situación es preocupante.
En el marco del taller que impartió en las instalaciones de la Galería El Ocote bajo el título "Prevención del delito de trata de personas y violencia contra las mujeres en contexto indígena", la abogada explicó que de acuerdo a los datos que le proporcionó la Fiscalía vía acceso a la información no hay registradas víctimas originarias de esta región.


La información que publica la Fiscalía de Oaxaca es que en el 2010 hubo siete denuncias; en 2011 un total de 18; en 2012, 14; en 2013 se dieron 85 casos; en 2014 tan sólo 42; en 2015 se registraron 32 y del 1 de enero al 29 de febrero de 2016 se recibieron siete denuncias.


Esos números no especifican cuántas personas sujetas a proceso existen o cuántas personas sentenciadas, aunque la realidad del país, la tendencia es que en un periodo de dos años solamente existan tres sentencias o cuatro.


"Si medimos la proporción y la gravedad del delito de trata de personas y sobre todo cuántas víctimas deja este delito, podemos concluir que existe un alto nivel de impunidad. Muchas redes de encubrimiento y falta de acceso a la justicia a las víctimas de este delito. Que no haya cifras registradas en las instancias de justicia es algo grave", argumentó la investigadora.
Para Mayra Pineda, esto se da porque es un delito que no se denuncia, ya sea porque las víctimas estén amenazadas o por las diversas modalidades en que se manifiesta la trata de personas; algunas de éstas en ciertos contextos están normalizadas y por ello las personas que la sufren o que saben de ello no la consideran como algo ilegal.


"En la región sí existe el delito de trata de personas. Por ejemplo, en algunas agencias todavía existe la venta de niñas para matrimonios forzados, la esclavitud laboral disfrazada de trabajo doméstico, también se cruza por el contexto migrante, en el que muchas mujeres migrantes son contratadas por algunos bares para fines de explotación sexual", detalló.
Ante este panorama, dijo, es necesario informar a la ciudadanía acerca de este delito y las diversas modalidades en que se pueda presentar, sobre todo en un contexto en el que los usos y costumbres normalizan este delito; trabajar el tema de empoderamiento y derechos humanos sobre todo con las mujeres y niñas, quienes son más vulnerables a ser víctimas.