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San Mateo de Mar: hablar, sentir y vivir la lengua ombeayiüts

Foto(s): Cortesía
Redacción

SAN MATEO DEL MAR, Oaxaca.- El universo de los Ikoots es un misterio para quien no habla ombeayiüts, la lengua madre de los pueblos que habitan las lagunas marinas del Istmo de Tehuantepec. Su lenguaje, al igual que sus danzas, de origen místico y mítico, es la herencia milenaria de sus ancestros, el cual están dispuestos a perpetuar hasta el final de los tiempos.


La celebración del Día Internacional de la Lengua Materna fue el marco para que autoridades municipales y comunales se reunieran y reconocieran el trabajo realizado por poetas, músicos, investigadores, maestros de ceremonias y traductores, para la preservación del ombeayiüts.


Es la primera vez que en San Mateo del Mar se realiza un evento de estas características, explicó el presidente municipal Camerino Dávalos. 


Niñas, niños y jóvenes participaron en el acto cultural junto a los más ancianos de los maliünts (como llaman a los danzantes/sacerdotes de San Mateo). La voz de los Ikoots resonó como la esperanza de los pueblos mareños, entre cantos, poesía, música y danza.


El pueblo que llegó del mar




Huaves, orgullosos de su lengua. FOTO: Martín Vargas

San Mateo del Mar, fundado en el año 1606, es el más grande de los cuatro pueblos Ikoots del litoral del Golfo de Tehuantepec; el único donde aún se escucha de manera cotidiana el ombeayiüts.


Conocidos como “huaves” --que en lengua zapoteca significa gente que se pudre en la humedad--, ellos se hacen llamar Ikoots que en su lengua ombeayiiüds significa: nosotros.


De acuerdo con datos del INEGI, la tercera parte de la población (unos 17 mil Ikoots) aún habla ombeayiüts, lengua nativa de la que se desconoce su origen. Aunque de acuerdo con una crónica del siglo XVI, los Ikoots llegaron del mar procedentes de Perú o Nicaragua.


Clamor a México


El Himno Nacional Mexicano en la lengua de los Ikoots, traducido por José Ovideo Garay, puso en silencio a los presentes. Las mujeres de largas faldas de colores intensos y hombres de piel curtida por el sol y el mar, escucharon las estrofas del himno entonado por tres niñas de la primaria Adolfo López Mateos, como una evocación a la Patria.


Los investigadores explican que el riesgo de la pérdida de las lenguas originarias se debe a la falta de transmisión hacia las nuevas generaciones, por tratar de incorporarse a la dinámica de las cadenas productivas; la dispersión de los pueblos por el rezago económico y social, y políticas educativas endebles de conservación cultural.


“Después de la Revolución Mexicana, las estrategias formativas que se impusieron iban encaminadas a mexicanizar a los indígenas mediante la lengua nacional, de acuerdo con información del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (Comie), que añade que estas políticas se tradujeron en la Ley de Instrucción Rudimentaria de 1911 y la aplicación del programa de Educación Integral Nacionalista de 1913.


Fue hasta el gobierno de Lázaro Cárdenas que a este grupo social se le consideró con la capacidad de integrarse sin dejar de lado sus raíces; las principales acciones fueron la creación del Departamento de Educación y Cultura Indígena en 1934 y el Proyecto Tarasco (castellanización a través de la alfabetización en las lenguas maternas) en 1939.


Petición de lluvia




La danza de los Ikoots. FOTO: Martín Vargas

El atol de espuma, bebida de maíz y cacao, como en las grandes ceremonias, fue ofrecido a todos los asistentes, que en comunión presenciaron la celebración de su lengua.


Con las danzas de la Tortuga, del Pez Espada, del Chacal y de la Serpiente, con la música de carrizo y caparazones, los habitantes Ikoots recordaron el principio de los tiempos, cuando la magia era algo cotidiano y se viajaba al cielo en forma de rayo al cielo para traer la lluvia. Seguramente algo queda de todo eso, pero seguirá siendo un secreto para los que no hablan y viven el ombeayiüts.


El último bastión ombeayiüts


Hugo Alberto Hidalgo Buenavista, maestro de educación indígena, condecorado durante el evento como poeta y traductor, destacó la hermandad Ikoots, como una de las fortalezas para conservar su lengua materna.


Hidalgo Buenavista fue seleccionado para el proyecto “Automodelo para la tradición oral de las músicas en Oaxaca”, y gracias a esto, la música ancestral del pueblo Ikoots presente la danza de Maliünts de San Mateo del Mar, cruzó el umbral de la tradición oral a la escrita, como una forma de preservarla para las futuras generaciones.


Como él, otros docentes, promotores y artistas trabajan todos los días por mantener viva su lengua. Edgar Rangel Gutiérrez, de la asociación civil Conciencia Huave, trabaja junto con padres de familia y alumnos de primaria en la producción de audiovisuales donde se rescatan leyendas del misterioso pueblo Ikoots.