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Cuaresma juchiteca: ermitas, un tesoro

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- El Miércoles de Ceniza corresponde al primer día de la Cuaresma y finaliza en la tarde del Jueves Santo, antes de la “Misa de la Cena del Señor”.


En este periodo religioso, cristianos católicos se ocupan en preparar la fiesta de la Pascua. En este tiempo, los fieles son llamados a reforzar su fe; y durante los seis domingos que conforman la época cuaresmal, los temas de las lecturas hablan de conversión espiritual, pecado, penitencia y perdón, llamando así a la reflexión y al recogimiento.


En Juchitán, municipio zapoteca de la región del Istmo de Tehuantepec, los católicos realizan velorios y serenatas en las ermitas, durante todos los días jueves y viernes previos a la Semana Santa.


En seis capillas -ubicadas en diferentes secciones de la ciudad- las familias juchitecas realizan esta ceremonia de fe que se suma a las actividades realizadas durante la Semana Mayor, que comienza el lunes posterior al Domingo de Ramos y culmina el Viernes Santo.


La tradición




Tamal de iguana, el manjar de Juchitán.

En las capillas existe una sociedad integrada por hombres y mujeres que coordinan las ermitas y su celebración; además, son ellos los que se encargan de buscar a un mayordomo, quien será el encargado de compartir con los visitantes la noche del jueves, los tamales de iguana, el pan y café.


El mismo viernes, al terminar la misa, el mayordomo también obsequia el alimento a todos los asistentes, que consiste en pescado frito con verduras.


La tradición establece que las ermitas comienzan el jueves por la tarde y concluyen con una serenata a la media noche; y es el viernes por la mañana cuando se celebra una misa en la misma capilla.


Las capillas




Limones rellenos de coco o fruta en almíbar, lo tradicional de Juchitán.

En las capillas de San Vicente Ferrer, Guadalupe, Señor de las Tres Caídas, La Piedad, Exaltación, Cheguigo, Señor de la Misericordia y otras más de toda la ciudad, las familias completas, padres e hijos acuden con flores y velas para hacer ofrendas a las imágenes religiosas, pero afuera, el atrio o la calle, se convierte en una verdadera romería de olores, sabores, luces y colores.


Después de que las familias realizan su acto de fe, se disponen a disfrutar de los dulces típicos, bebidas, los exóticos tamales de iguana y otros antojitos como las garnachas, tlayudas, empanadas y el infaltable pollo garnachero.


En la vendimia de alimentos, los asistentes podrán encontrar la tradicional Regañada, una tortilla de harina horneada y cubierta de azúcar, dulces de ciruelos, camote, hicaco, papaya, limones rellenos con coco, curados de ciruelos, torrejas, chilacayota, tamales de iguana, garnachas, pollo garnachero y las tlayudas.


Entre las bebidas tradicionales se encuentra el “Bupu” o espuma, champurrado o atole.


Ahí también se venden para los actos religiosos velas, veladoras y “Medidas”, las cuales son listones de diversos colores que la sociedad de la capilla, marca con sello el nombre de la capilla y estos sirven para llevarlos al cuello como collares.


Quemar la vela




Quema de vela durante época cuaresmal.

Por su lado, las señoras que acuden a estas ermitas acompañadas de sus hijos, buscan a alguna persona, sea su conocida o amistad, a quien le piden le "queme la vela", acto que se conoce como Guenda rigúguiña; después, acude ante la mesa a la entrada de la capilla, donde le compra a su ahijado o ahijados el listón conocido como “medida”.


Continuando con esta tradición y después del sexto viernes, las familias juchitecas se disponen a visitar a sus familiares muertos, al panteón municipal “Domingo de Ramos”; en ese lugar, donde llegan desde las primeras horas del día, los zapotecas conviven con sus muertos.


Para ellos, este día va más allá de ser el primer día de la Semana Santa o el Bacaana como se le conoce en lengua zapoteca, cuando la fe católica celebra la muerte y resurrección de Cristo.


En este día, los juchitecos “devuelven” la visita que sus muertos les hicieron en el Xandu o Todos Santos, en el mes de octubre, dos días antes de la celebración del Día de Muertos.