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Primeras lluvias alimentan la esperanza de campesinos

Foto(s): Cortesía
Redacción

SANTA MARÍA MIXTEQUILLA, OAX.- La temporada de lluvia que inició hace un par de semanas y la cual ha traído inundaciones en diversos puntos del municipio, también ha traído beneficios para quienes viven del campo. Los dueños de pequeños terrenos de siembra recibieron con esperanza las primeras aguas de junio, porque significa que tras dos años de sequía, el presente puede ser un buen año para la cosecha, sobre todo, de maíz y ajonjolí.
En los últimos dos años, los campesinos de estas zonas y lugares aledaños que tiene sus parcelas han padecido por la falta de lluvias y por ello sus cosechas no prosperaban. Las pérdidas para los campesinos de Mixtequilla han sido cuantiosas.
“Tengo nueve años sembrando mis cosechas, desde pequeño mi abuelo me inculcó el conocimiento para poder hacerlo, me involucré en todo lo que conlleva un terreno de siembra y cuidado de animales, lo que más siembro es el maíz, ajonjolí y jamaica entre otros productos", dijo Abisaid Jiménez Avendaño. Y el hombre aceptó que no es una actividad sencilla, puesto que hay temporada buenas y malas. Narró que en años anteriores ha padecido pérdidas totales, "ya que para mantener viva una buena cosecha se necesita de mucha agua y cuando llueve mucho es cuando más productividad tenemos”.
El joven campesino comentó que con las lluvias que han caído de forma continua durante la última semana en la región del Istmo, han sido importantes ya que han empezado a sembrar sus cosechas y esperan que productivas.
“Estas lluvias que han caído recientemente, sin duda es un beneficio ya que así tenemos la esperanza de que nuestra cosecha prospere, ya que gracias a la agricultura y a la siembra de nuestras semillas sacamos el pan de cada día para llevarle a nuestra familia”, señalo.
Abisaid se dedica a cultivar la tierra, porque así lo aprendió de su abuelo. Es él quien ha impulsado en el joven el cariño por la tierra.
“Por años me dediqué a la siembra y cosecha de semillas de todo un poco, fui adquiriendo el cariño a cada una de mi siembras aunque es un trabajo difícil ya que como todo había buenos y malos días sobre todo cuando no llovía ya que lo cosechado no producía pero en temporada de lluvias era sin duda lo mejor, ya que alimentaba nuestra tierra con cada gota de agua y teníamos la esperanza viva de que lograríamos sacar adelante nuestro trabajo”, expresó Marcelino Avendaño, abuelo de Abisaid.