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Construyen viviendas con material tradicional en el Istmo, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- Ante el insuficiente apoyo oficial para la reconstrucción de viviendas, las familias juchitecas se arriesgan a fabricar blokcs e intervenir la construcciones, lo que conlleva riesgos, denuncia el Comité Melendre.

 

El panorama en las calles y en los patios son los blocks recién hechos, una mezcla de arena y cemento, materiales que concentran el calor y convierten las casas en pequeños hornos, consideran arquitectos como Gerardo de Gyvés.

 

 

El problema

 

 

“Desafortunadamente, existen familias que recibieron limitados recursos económicos y en especie y, debido a la escasez de mano de obra y de materiales de construcción, se ven en la necesidad de reconstruir casas sin las normas mínimas”.

 

 

Explicó que “las personas procuran ‘hacer rendir’ el volumen de tabicones, debilitando su resistencia y convirtiéndolos en un material de construcción vulnerable que no garantiza la solidez de la edificación, sino que la pone nuevamente en riesgo. Algunos de ellos se desmoronan apenas los terminan", aseguran profesionales.

 

 

 

 

 

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Adobe y ladrillos, la base de la construcción.

 

 

De vuelta al origen

 

 

El Comité Melendre ha iniciado un proyecto en donde se usan los materiales locales como adobe y ladrillo. Ambos fabricados principalmente de lodo. El adobe secado al sol y el ladrillo solidificado a altas temperaturas, ambos son los materiales con que se edificaron las casas en el Istmo, sobre todo el adobe llamado “basoo” en zapoteco, no concentra el calor.

 

 

“El basoo es un material noble que nos obsequia la tierra que pisamos. El adobe servirá para reconstruir decenas de hogares, a través de Vivienda Comunitaria. El adobe, en manos de maestros albañiles experimentados dará nuevo rostro --un hermoso rostro-- a quienes así lo deseen”, aseguran los integrantes del Comité.

 

 

Sinergias

 

 

Para Gubidxa Guerrero Luis en el proyecto participan los albañiles locales. En procesos como la cimentación, acarreo de materiales y mano de obra no especializada es auxiliado por los damnificados y la propia comunidad, en el caso de Juchitán se edificarán 20 casas en la Segunda y Tercera Sección en donde tienen influencia las juntas vecinales iniciadas por el Comité Melendre.

 

 

Este proyecto que denominan “de reconstrucción integral y participativo” cuenta con la colaboración de especialistas de la UNAM, el Instituto Tecnológico del Istmo y otras instancias.

 

 

Proyecto integral

 

 

Con este asesoramiento se incorporarán medidas de seguridad y sismo resistencia con principios probados en laboratorio, además de añadir elementos constructivos que protejan la vivienda de otros agentes o desastres como humedad e inundaciones.

 

 

El proyecto ya inició con la construcción de la primera casa la “Casa Cero”; planean 25 casas en un tiempo máximo de dos años, aunque quieren construirlas en la mitad del tiempo, ya que quieran construir dos casas por mes. Las restantes 5 casas se edificarán en Unión Hidalgo, Chicapa de Castro, Tehuantepec, una en cada población, y dos en Ixtelatepec.

 

 

Dichas viviendas tendrán el doble de superficie que cualquier otro proyecto en la región, promediando 100 metros cuadrados por hogar, en lugar de los 40 metros cuadrados que ofrecen las empresas foráneas, tomando en cuenta las tradiciones y la forma de vida locales, e incluyendo la salvaguarda de las edificaciones y la revaloración del patrimonio edificado.

 

 

Alternativa

 

 

Además del adobe, se utilizan otros materiales que son, en su mayoría, amigables con el medio ambiente, además de formar parte de la tradición local y regional como son la piedra para cimentación, el ladrillo, la teja, la loseta de arcilla, entre otros.

 

 

Con la utilización de materiales alternativos no sólo se evitan las atmósferas contaminantes provocadas durante la producción o empleo excesivos de cemento, sino que se ahorran recursos energéticos al evitarse el uso de equipos de aire acondicionado tan demandados frente a las altas temperaturas de la zona, ya que el adobe es aislante térmico y sumamente noble, durable y resistente, aseguran los expertos.

 

 

El costo promedio de cada vivienda es de 250 mil pesos que incluye materiales de construcción, salarios de trabajadores de la construcción, acabados y gastos logísticos.