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Alegre tradición renace en una dolida Juchitán, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- En estos últimos días del año renace una tradición que alegra esta dolida ciudad. Son los “huelos” (viejos) que aparecen ya en el centro de la ciudad ejecutando sus bailes en pleno día, cuando la tradición dicta que debe ser de noche.


Son jóvenes varones que se visten de una pareja: una de mujer y el otro de hombre, usan máscaras o telas para ocultar su rostro y acompañados de músicos que van desde flauta y tambor hasta diminutas bandas de viento.


“El baile era ejecutado exclusivamente por una pareja de hombres adultos, caracterizados de ancianos, hombre y mujer, acompañados de grupos de amigos que tocaban, indistintamente, guitarras, jaranas, armónicas y marimbas para el baile”, recuerda Tomás Chiñas Santiago, quien se ha abocado a investigar sobre esta tradición.


“A partir de la segunda mitad del siglo 20, además de los adultos, los niños y jóvenes empezaron a formar sus parejas para disfrazarse de 'Viejos' y llegaban a las casas a pedir permiso para bailar a cambio de unas monedas como aguinaldo”, agrega.



Una pareja encabeza el contingente

Posible origen


Chiñas Santiago, tras investigar el origen de las coplas que cantan en el baile de los Viejos, deduce que “la tradición de El Viejo surgió como protesta de una modesta cuadrilla de cargadores del muelle del puerto de Veracruz, en 1875, para pedir aguinaldo a sus patrones, ya que no recibían los beneficios que otros trabajadores percibían y que consistían en pequeñas cantidades en efectivo o ropa vieja que los patrones desechaban”.


“Según versión de cronistas jarochos, el líder de este grupo fue detenido por el gran escándalo que provocaron con latas, cencerros y tapaderas metálicas. Sin embargo, la manifestación se repitió el año siguiente y ante el bullicio que provocaban lograron recibir de sus patrones algunas botellas de licor y alimentos, aumentando año con año el número de jornaleros, cubanos, jarochos y mulatos que se reunían para conseguir aguinaldos por cuenta de los patrones. Así, se volvió una tradición pedir aguinaldos en la Navidad, aunque ya sin violencia, sino de manera alegre y graciosa, cantándose algunas coplas”.


El estilo istmeño


Aunque el origen viene de otra parte, los zapotecos le han dado distinción a esta tradición: “reitero, la tradición del 'Viejo' surgió en el puerto de Veracruz, pero es en el Istmo oaxaqueño donde se transforma y donde se le imprime un sello singular, al incluir a la pareja con la vestimenta propia de esta bella región zapoteca”.


Aun con algunos cambios por la modernidad la tradición no muere: “Hoy, en Juchitán, alegremente continúa; las parejas de jóvenes, incluyendo a las de la comunidad lésbico gay, disfrazadas de ‘Viejos’, recorren la ciudad; por las noches, de casa en casa, y durante el día, los lugares públicos, como mercados y parques, y siguen pidiendo ‘limosna para el pobre viejo’”.