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Pese a COVID-19, fieles de Tehuantepec, Oaxaca, celebran a la Virgen María

Foto(s): Cortesía
Redacción

TEHUANTEPEC, Oaxaca.- La pandemia de COVID-19 no apagó este año la fe en la Virgen María.


La iglesia del barrio de Santa María no cerró sus puertas a la comunidad católica para conmemorar este acontecimiento.


El 15 de agosto fue un día clave en el santoral católico, uno de los pocos días del año en que los creyentes católicos entonan mañanitas y conviven en un ambiente de cordialidad.


De acuerdo al obispo de la Diócesis de Tehuantepec, Crispín Ojeda, la inmaculada Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria celestial, así se señala, con toda claridad, aquello que constituye una verdad de fe en torno a la Virgen María: nuestra madre fue asunta en cuerpo y alma a los cielos.


Las líneas pertenecen a la Constitución Apostólica “Munificentissimus Deus” (Benevolísimo Dios), con la que el Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de María el 1 de noviembre de 1950.


A partir de entonces, cada 15 de agosto, celebramos la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María.


Este año, la pandemia de COVID-19 no detuvo la fe de los católicos, aunque con un giro diferente a la celebración.


Durante los primeros minutos del 15 de agosto se entonaron las mañanitas a la Virgen, y después del mediodía en la iglesia de Santa María se celebró una misa presidida por las autoridades morales del barrio, considerados como los guardianes de las costumbres y tradiciones de Tehuantepec, así como de algunos invitados, dijo el xhuana Carlos Gutiérrez.


Durante la homilía, el sacerdote hizo referencia a esta celebración como una de las celebraciones más antiguas e importantes de Tehuantepec, sólo antecedido por la festividad en honor a Santo Domingo de Guzmán.


De acuerdo a los católicos, María al terminar el curso de su vida terrenal, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria celestial, por ello se le recuerda de esta manera cada año.


Este año, la festividad fue suspendida por la pandemia, sin embargo, un grupo de católicos que decidió celebrar este evento, aun con los riesgos que este representa.