TEHUANTEPEC, Oaxaca.- Se demora la restauración de monumentos arquitectónicos del primer cuadro de la ciudad, en su mayoría templos católicos que sufrieron daños por los terremotos del 2017.
Los trabajos de reconstrucción de la iglesia Natividad Excelsa en Laborío, uno de los recintos religiosos más dañados, no han sido terminados.
El trabajo de intervención de la iglesia está integrado por el arquitecto Alberto Hernández Petriz, el residente Pablo Alberto Hernández Celaya y el arquitecto Elí Pérez Matus del INAH.
El arquitecto Alberto Hernández Pétriz, dijo que se encuentran en proceso de terminación de los trabajos. Un equipo de especialistas trabaja en lo que es parte del campanario sur, el cual se modificó el área que sujeta la campana, ya que trabajaba de manera dispareja.
Indicó que como parte del proceso de reparación sustituyeron uno de los rieles y se fabricó otro para poderlo empotrar.
Asimismo, trabajan con la teja para concluir con las instalaciones eléctricas y sanitarias como en algunos detalles mínimos del interior del templo como es la pintura. Prácticamente está terminado y, probablemente, antes de concluir el año sea entregado.
Hernández Pétriz sostuvo que el templo católico tuvo daños considerables en el campanario, los muros mixtos de adobe, tabique y piedra, así como bóveda y cúpula.
Con los trabajos de reconstrucción se recuperaron el enladrillado con tabique media tabla y los acabados externos como internos.
Explicó que la reconstrucción busca recuperar el estilo original de la iglesia; muestra de ello, se liberó el cobertizo de enfrente del templo, ya que la estructura no era parte de la originalidad; además, estaba en malas condiciones, ya se movía, estaba a punto de colapsar y representaba un riesgo.
Los templos católicos más afectados con el terremoto de 2017 datan del siglo 16, como el ex convento dominico Rey Cosijopi, así como las iglesias de Santo Domingo de Guzmán, Laborío, San Sebastián, San Jacinto y San Jerónimo, esto en el municipio de Tehuantepec. Mientras que en Juchitán está el de San Vicente Ferrer.
