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Sismos y lluvias agobian a istmeños de Chicapa, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

CHICAPA DE CASTRO, JUCHITÁN DE ZARAGOZA, OAXACA.-Los sismos de septiembre no habían logrado que Candelaria Blas Calleja abandonara su casa, pero el agua del río Espíritu Santo si lo hizo.


A la tragedia del sismo le hizo frente con láminas, en un intento de hacer de su casa todavía un lugar habitable, pero el crecimiento del río que cruza esta comunidad la obligó a mudarse a la vivienda de sus padres, Rosalindo Blas y Adelfa Calleja, e instalar una casa de campaña.


El temor es que su hija Jacqueline de la Cruz, pero sobre todo su nieto Eliezer, de dos meses, al igual de Libni de 4 años y Briana de 2 años, enfermen "con tantos mosquitos" que proliferan con el agua que dejól a tormenta tropical Ramón .


Desde la noche del martes que el río Espíritu Santo incrementó su cauce y llegó a un nivel crítico, entre 400 y 500 personas de la parte sur de esta comunidad durmieron con el riesgo de que sus casas se inundaran.


Durante la noche, Margarito Jiménez Pérez vio como otra vez cómo toda la calle 16 de septiembre se cubrió con el agua del río que cruza esta comunidad y llegó hasta la entrada de su casa.


Agua hasta las rodillas



El temor del agua estancada es el brote de enfermedades como el zika, chikungunya o dengue, de que ha se han presentado casos hace algunas semanas.

Si se para en medio de la calle, el agua encharcada alcanza casi 50 centímetros, al raz de sus botas de plástico. No hay pavimento ni banqueta. El agua potable y la luz son los únicos servicios básicos.


En un intento por hacer la calle transitable, una mínima parte de los escombros de las casas demolidas tras los sismos de septiembre terminaron en ella, pero "la autoridad los vino a amontonar y no aplanó".


Carlos Jiménez, quien al igual que su hermano Margarito vigila el nivel del rio Espíritu Santo por la cercanía con su casa, sabe que la amenaza de infecciones se incrementa con el exceso de agua y la basura que algunos pobladores tiran muy cerca del afluente.


Para la médica, Heidi Hernández San Juan, responsable de la atención en la Unidad Médica Movil IMSS-Prospera, el riesgo es de un brote epidémico que trae el exceso de agua.


El que esta agencia haya presentado con anterioridad casos de dengue, zika y chibcongunya la vuelve una zona endémica. El riesgo de la proliferación de los moscos que la transmiten notorio por los encharcamientos de agua en escombros de casas destruidas por el sismo.


No vigilan el nivel del río



En Chicapa se duerme en el patio, a la intemperie. Ahora están agobiados por las lluvias y desbordamiento del río cercano. FOTO: Mario Jiménez

A esta agencia la ha visitado dos veces el gobernador Alejandro Murat, pero el agente municipal, Leónidas Santiago Carrasco, acusa que ninguna autoridad de Protección Civil se haya presentado a constatar las condiciones del río, cuya agua llegó hasta el acceso de la escuela secundaria Técnica Número 109.


Ese hecho en temporada de lluvias "es muy común, la preocupación es que ahí está el albergue".


El único lugar para habilitar otro albergue, si el río llega a desbordarse, es la escuela primaria Frsncisco I. Madero, con daños menores por los sismos y capacidad para 800 personas, pero faltarían colchonetas.


Tampoco hay carpas ni lonas, dice desde una agencia improvisada con palos y un plástico, donde despacha y lleva la cuenta de 732 casas con pérdida total y un largo listado de nombres de personas que esperan beneficiarse con empleo temporal.


Para Marcos Garces Díaz, encargado del albergue que opera Liconsa, el río Espíritu Santo se robustece si baja agua de Santa María Chimalapa, pero no representa un riesgo porque ha bajado su nivel.


Aunque hay capacidad para hospedar a 200 personas, apenas y pernoctan 60 o 70, porque "prefieren ir a cuidar las pertenencias que aún tienen".


Hacer eso a Candelaria ya no le importa. Prefierió sacar lo poco que pudo cargar y no arriesgar la vida de sus nietas ni nieto. El miedo del agua del río que tiene "pegado" a su casa y que ha sentido que le llega arriba de las rodillas, es más fuerte.