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Resurge Yudxi y su templo en Oaxaca; de presa a centro turístico

Foto(s): Cortesía
Redacción

JALAPA DEL MARQUÉS, Oax., abril 2, (EL UNIVERSAL).- Un lanchero pescador rema con toda su fuerza hacia la parte más baja de la presa Benito Juárez, a las puertas de la región del Istmo de Tehuantepec. En su pequeña embarcación coloca a Miguel López y sus dos amigos. Recorre por 15 minutos la zona donde sus clientes toman fotografías del ex convento dominico del siglo XVI que resurge del agua por la sequía.


Casi empujando el bote llega a la orilla. Miguel y sus amigos se bajan y caminan hacia la parte trasera del templo, lo que alguna vez fue un huerto y un jardín. El lanchero espera media hora, tiempo suficiente para pescar sólo un par de mojarras, pero el día ya salió con el recorrido turístico de 150 pesos.
 


De pescador a turisteros


Los visitantes como Miguel, casi todos los días, llegan a la presa desde hace un mes, 50% de los pescadores de Jalapa del Marqués fungen como guías desde entonces. Los demás se aferran a la poca pesca que logran en el vaso de la infraestructura hidrológica.


 




El templo dominico hace dos años. FOTO: Emilio Morales Pacheco

 


Los turistas son testigos del resurgimiento de la vida entre la descuartizada tierra que comienza a rodear el complejo del ex convento dominico. La estructura de piedra, aún húmeda por el agua evaporada de la presa, exhibe el antiguo esplendor de una zona que se vio inundada hace más de 50 años, Yudxi, el pueblo del arenal.


El pasto brota en una tercera parte del vaso de la presa que se quedó sin agua por la sequía que azota el sur del estado desde hace tres años. Tuvieron que pasar más de 30 días para que las aguas de los ríos Tehuantepec y Tequisistlan, que alimentan la presa, bajaran completamente para que toda la iglesia y su atrio se dejaran ver.
La sequía afecta a cientos de familias de Jalapa del Marqués, los que viven directamente de la pesca en la presa, más de mil personas, además de miles de productores del campo.
 


El templo de la década


De manera contradictoria, la sequía les da una opción a los pescadores y habitantes de Jalapa del Marqués; explotar turísticamente el espectáculo del templo de Asunción de María, que resurge del agua cada 10 años.


De acuerdo a los pescadores, hace exactamente 10 años la iglesia se vio en su totalidad, pero no se logró entrar por el lodo. Las autoridades tiene registro que en 1978 también se dejó ver completamente, en ese entonces la Diócesis de Tehuantepec permitió que se realizará una misa en su interior.
 


Una selfie de la desgracia


Desde que corrió la noticia de que el agua de la presa bajó a sólo 20% de su capacidad, los habitantes de Juchitán, Tehuantepec, Salina Cruz, Ixtepec y de la capital del estado la visitan para fotografiar y admirar la imponente obra de piedra. La visita no se centra en admirar la arquitectura hidrológica que construyó en 1961 el ex presidente Adolfo López Mateos sepultando bajo su vaso al pueblo de Santa María Jalapa del Marqués, esa obra tenía la intención de irrigar a través del Distrito de Riego 19 de la Conagua alrededor de 44 mil 31 hectáreas de tierras del istmo oaxaqueño, pero no cumplió la meta.


Al contrario, los curiosos llegan hasta la presa para ver la única obra de piedra que los zapotecas construyeron hace más de cuatro siglos y que se mantiene en pie, a pesar de estar sepultada por más de 50 años bajo el agua. Los pescadores ahora se dedican a pasear a los visitantes y les explican que hace muchos años el pueblo de Yudxi y su iglesia gozaban de gran importancia en el valle del Istmo de Tehuantepec.


Mientras la sequía está matando al ganado y los productores pierden sus cultivos, los pescadores al aún no recibir el apoyo que el gobierno estatal les prometió por la crisis sacan provecho a la situación del templo.