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Las Cruces, Oaxaca: resignación con sabor a olvido

Foto(s): Cortesía
Redacción

LAS CRUCES, Barrio de la Soledad, Oaxaca.- “El temblor me dejó en la calle” dice Petra, y a continuación lanza sonora carcajada mientras observa las ruinas de la que fue su casa.


La mujer de 83 años, oriunda de esta pequeña comunidad, no tiene en la memoria un recuerdo semejante. Hace casi un mes, el terremoto echó abajo el patrimonio que heredó de sus padres y que compartía con uno de sus nietos.


Apenas lograron rescatar de entre los escombros algunos enseres que amontonaron en la endeble cocina, y desde aquel trágico jueves, ocupan este espacio para “medio descansar”.


En la misma situación se encuentran al menos unas 15 familias que fincan la esperanza de contar, pronto, con el Programa de Empleo Temporal que prometió el gobierno municipal y que fue avalado por el federal, para reconstruir las viviendas y tratar de hacer frente a la delicada situación.



Nada queda de la pequeña aula escolar

De refugio a amenaza


En esta localidad, catalogada como agencia municipal, apenas se cuenta un aproximado de 40 viviendas. A simple vista se observa que por lo menos la mitad sufrieron agrietamientos y otras están a punto del colapso.


La mayor parte de la población se dedica a labores del campo y en mayor medida, la producción es para autoconsumo.


Desde el 7 de septiembre, el tiempo parece haberse detenido. La escena se repite una y otra vez mientras se avanza sobre la calle principal: patrimonio derruido, escombros, búsqueda de lo que sirva y hasta resignación.


Algunos de los propietarios, por sus propios medios, hacen un esfuerzo para demoler las casas que ahora ya no significan refugio, sino amenaza. De un diminuto centro escolar sólo quedan algunos tabiques sueltos.



Las viviendas no aguantaron la sacudida de 8.2 grados de intensidad

"Necesitamos ayuda"


Aquí, como en el resto de las localidades istmeñas afectadas por el terremoto del 7 de septiembre -de magnitud 8.2- las personas todavía no dan crédito a lo que ocurrió, y sólo esperan que exista sensibilidad de los gobiernos para recuperar “aunque sea algo” de todo lo que perdieron.


“Aquí no es grande, quizá no hay daños como en otro lado, por ejemplo Juchitán; pero también necesitamos ayuda. Nuestra casa era lo único que teníamos, construimos con mucho esfuerzo y ahora no tenemos nada”, mencionaron los pobladores.