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Juchitán… siete meses después del 7S en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- Este sábado 7 de abril se cumplen siete meses desde que el sismo de intensidad 8.2 -con epicentro en el Golfo de Tehuantepec-, dejara 96 víctimas mortales -36 de ellas en Juchitán-, miles de damnificados y cuantiosos daños materiales en edificios públicos, así como en inmuebles comerciales y particulares.


Del devastador terremoto que sorprendió a esta comunidad zapoteca la noche del 7 de septiembre, aun se aprecian los estragos, aunque muchas familias ya están reconstruyendo sus casas, otras más aún siguen viviendo en carpas y esperando apoyos de sus autoridades.


Mientras avanza la reconstrucción de viviendas dañadas, las demoliciones de enormes construcciones continúan. El ir y venir de los camiones de carga siguen complicando la vialidad en calles y avenidas, cubriendo de polvo todo lo que hallan a su paso.
 


Todo es caro


Las quejas de los damnificados ante los altos precios de los materiales de construcción que ofrecen algunas casas comerciales parecen no tener eco, pues éstos se mantienen constantemente al alza, sin que las autoridades de la Profeco hagan algo para parar el incremento que “viene desde la fábrica”.


Aunado a ello, el sueldo de los albañiles que antes del sismo era de 300 pesos por una jornada, subió a 500 pesos y ahí se ha mantenido, como se ha mantenido la demanda de la mano de obra.
 


Segundo censo, una vacilada


El segundo censo o verificación de viviendas que realizó en el mes de marzo la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu) -bajo presión en todo momento-, tampoco dejó satisfechos a miles de damnificados que ahora preguntan dónde más acudir.


Cada día hay más espacios libres de construcción, amplios solares con restos de escombros que difícilmente serán utilizados para edificar nuevas estructuras, al menos a corto plazo.


 



Materiales suben de precio y mano de obra encarece.

 


Oportunistas


Por otro lado, en el municipio juchiteco se ha visto un crecimiento importante en el número de casas comerciales dedicadas a la venta de arena, grava y demás materiales de construcción, muchos de ellos sin razón social, ofrecen tener los mejores precios.


“Alambrón a $17.50 kg”; “Alambre recocido a $ 23.00 kg”; “Bulto de cemento Cruz Azul a $162.50 pesos; mientras que una varilla corrugada de 3/8" a $120.00; es decir, a 18 mil pesos una tonelada.


“Aceptamos tarjetas Bansefi y te garantizamos la entrega inmediata de tu material”, rezan cartulinas en algunos establecimientos buscando atraer al mayor número de clientes.
 


Hospitales en añicos


El temblor dejó también varias Unidades Médicas dañadas y el Hospital General “Macedonio Benítez Fuentes” colapsado; hoy, tras ser totalmente demolido, luce muestras de avance en su reconstrucción, a cargo de la Sedena.


Apenas el pasado jueves, el Secretario de Salud, José Narro Robles, estuvo en el municipio juchiteco constatando los avances de la obra, y adelantó que el Hospital General podría estar listo en el mes de agosto.


El mercado público 5 de Septiembre y la Iglesia de San Vicente Ferrer han sido verificados varias veces por técnicos especialistas en estructuras y se oficializó ya que las Fundaciones Citybanamex, Televisa y Compartamos Banco, aportarán los recursos para su reconstrucción.
 


Plano educativo


Cientos de alumnos de educación básica aún no tienen clases de manera regular, solo dos o tres días a la semana son recibidos por sus maestros en casas particulares o en aulas provisionales, que no reúnen lo necesario para ese propósito.


El magisterio sigue insistiendo en la reparación de las escuelas dañadas; asegura que muchas de ellas ni siquiera han sido visitadas por las autoridades estatales y federales, lo que ha provocado la falta de clases.
 


La politiquería


Las campañas políticas de candidatos a un puesto de elección popular, se han venido a sumar con sus promesas de ayuda para los damnificados; que aunque no han sido tan intensos, a más de uno le han empeñado su palabra de apoyarlo.


En medio de toda esta vorágine, la tierra se sigue sacudiendo, los temblores que a veces alcanzan los 4.6 grados, siguen recordándoles a los juchitecos la tragedia que enlutó muchos hogares, aunque a veces pareciera que ya se acostumbraron a los “jalones”.