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Ixtaltepec: alma partida y el estómago vacío

Foto(s): Cortesía
Redacción

ASUNCIÓN IXTALTEPEC, Oaxaca 12-Sep .- A cinco días del sismo de 8.2 grados, la desgracia no se va en este municipio ubicado entre Juchitán e Ixtepec.


Los dobles pisos se convirtieron en planta baja, las banquetas se partieron y las lágrimas siguen fluyendo.


"Estoy muy desesperada, no sé qué hacer para que vengan los apoyos. Ya pasaron muchos días. ¿En serio no pueden venir a apoyarnos?, tanta gente que viene de la Ciudad de México, que ocupa hoteles, ¿no puede apoyarnos?", reclamó María Sonia Toledo Pérez.


La señora rescató tres cosas de su casa: una cacerola, una blusa y una cubeta.


Por más que evita llorar, no se contiene.


"Nada me queda. Mi vida está ahí entre tabiques. Me siento sola. No hay nadie que venga a darme un apoyo, un aliento para superar esto".



Aquí se apoyan entre vecinos, mientras militares van y vienen. Levantan escombros y se van, luego regresan y reparten cobijas, litros de agua en bolsa y cobijas en una zona de 29 grados en promedio.


"No nos vamos a ir hasta que todo esté limpio para su reconstrucción", asegura un capitán del Ejército que trae a una tropa polvorosa, hambrienta y sedienta.


"Cuerpos no hay. Es lo primero que tenemos que ver para comenzar a limpiar escombros; una vez que los caninos nos confirman que no hay decesos, se procede a la destrucción de inmueble. Son decenas, llevará meses", pronosticó un coronel que coordina a sus compañías.


Diana América Guerra, del Instituto Politécnico Nacional, arribó con un grupo de médicos y psicólogos para brindar atención a los oaxaqueños.


"Están en shock, repiten las cosas. Es grave esta situación. La salud no se está atendiendo, todo se enfoca a rubros de reconstrucción y dar despensas, pero falta ver por las personas afectadas", sostuvo.


Pese a la visita de funcionarios a los municipios vecinos, que está a cerca de 10 kilómetros de distancia cada uno, los pobladores de Ixtaltepec viven en medio de la confusión.


Por un lado, la gente desconoce el tema de los censos, y por el otro, buscan al responsable de la energía eléctrica y el abastecimiento de agua.


Armando Toledo Jiménez, encargado del albergue en este municipio, prepara comida con lo que puede. Carece de víveres.


"Hoy (ayer) hubo caldo de papa y atún enlatado. ¿Qué hacemos?, ¿quién me viene a ayudar?, ¿dónde están las cocinas comunitarias?", reclamó Jorge Toledo.


Y un grupo de vecinas lo secundan.


"El problema es éste, nos piden las autoridades no regresar a las viviendas afectadas, viene la gente acá, el Ejército nos ayuda con agua y lo que puede, pero entonces, ¿dónde está la misma autoridad para que me diga cómo darle de comer a estas personas?, ¿es imposible esto, o las despensas están atoradas en algún lado?", manifestó Clara Reyes, una afectada.


Ayer la Policía Federal merodeó la zona, pero la ayuda, las despensas, se fueron a San Blas Atempa, una agencia de Juchitán.