La comunidad católica y el Ayuntamiento de la ciudad realizaron el pasado viernes una misa para recordar a las 36 víctimas mortales que dejó como saldo en este municipio el poderoso terremoto de 8.2 grados de intensidad, al cumplirse el primer aniversario de la tragedia.
La solemnidad la dieron las jóvenes mujeres que, ataviadas con trajes negros, portando velas, flores e incienso, arribaron a la explanada frente al palacio municipal, donde cientos de personas se dieron cita para sumarse a esta ceremonia.
Fue el sacerdote Arturo Lona Reyes, Obispo Emérito de la Diócesis de Tehuantepec, el encargado de realizar la Celebración Eucarística, quien enalteció la unidad mostrada por la comunidad zapoteca ante la gran tragedia.
“No ha sido ningún castigo de Dios, esto fue una acción de la naturaleza. Pero este pueblo está floreciendo de nueva cuenta, así como lo indica su verdadero nombre de Ixtaxochitlán, lugar donde crecen las flores”, señaló el cura acompañado de párrocos de otras iglesias.
“Vamos a pedirle a la madre naturaleza que deje descansar y dormir a Oaxaca”, añadió el párroco con voz suave.
En el ambiente se sentía la solemnidad del culto, donde el incienso y la luz de las velas se fueron apoderando del lugar.
“En ocasiones, no entendemos las cosas, no comprendemos cómo se arrebata la vida de personas que amamos; para todo este dolor que están sufriendo las familias, te pedimos Señor”.
La celebración religiosa se prolongó hasta que cayó la noche y al terminar, algunas familias compartieron los tradicionales tamales y el café.
