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7S: la negra noche de Juchitán, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- Fueron 8.2 grados de intensidad. A las 23:49 horas de aquél jueves 7 septiembre un terremoto, el más potente en los últimos cien años en México, golpeó con toda su furia a la región del Istmo de Tehuantepec. El cataclismo dejó decenas de muertos, centenares de heridos y miles de viviendas y diversos inmuebles colapsados.


Noche apacible


Era una noche calurosa, propia de la temporada y de este rincón oaxaqueño, y en los momentos en que la mayoría de la población se encontraba dormida o se preparaba para descansar, la tierra bruscamente comenzó a estremecerse.


Al principio fue una “mecida”, pero segundos después -segundos que parecieron horas- sobrevino la fuerte sacudida y después todo fue confusión; llanto, dolor, angustia, miedo, mucho miedo, pues luego del devastador terremoto siguieron las incontables réplicas.


Incertidumbre


En las horas posteriores la gente salió a la calle a buscar a familias y a seres queridos para saber cómo estaban; algunos salieron a pie, otros en carros, en motos, en bicicletas, pero todos querían llegar lo antes posible; quizá alguien necesitaba la ayuda.


El suministro eléctrico se cortó, lo mismo ocurrió con la señal de la telefonía celular, el polvo de los escombros de las casas desplomadas inundó el ambiente; solo las luces de algunos autos rasgaban la oscuridad de la noche.


"¡¿Están bien?! ¡Tengan cuidado con las réplicas!" estas y otras frases se escuchaban en las calles, mientras el ir y venir de la gente se fue intensificando.


Así transcurrió la madrugada del viernes, y fue con las primeras luces de ese día cuando se pudieron ver los daños que había causado el sismo en miles de viviendas, edificios y otras estructuras, entre ellas el palacio municipal, el mercado y el templo de San Vicente Ferrer.


La imagen


En los siguientes días las calles y avenidas se llenaron de escombros, carpas de lonas y casas de campaña, donde las familias debieron dormir ante la ocurrencia de réplicas.


Días después el gobierno estatal dio a conocer 76 personas fallecidas, 37 de ellas se concentraron en Juchitán, 11 en Asunción Ixtaltepec, 8 en Unión Hidalgo, 3 en San Mateo del Mar, 2 en Santa María Xadani y el resto en otros municipios de la región del Istmo.


Los reportes oficiales indicaron que hubo al menos 800 mil damnificados en 41 municipios de la región; más del 80 por ciento de los habitantes del Istmo de Tehuantepec resultaron damnificados, y entre las poblaciones más afectadas se cuentan: Juchitán, Unión Hidalgo, Asunción Ixtaltepec y Santa María Xadani.


Los daños


La Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPCO) informó que resultaron afectadas 3 mil 600 escuelas básicas, Conafe, media y media superior; 924 con daños estructurales mayores y la reconstrucción total tendrá un costo de 2 mil 600 millones de pesos.


Esta cifra equivale a la inversión que realizarían las autoridades educativas durante seis años; pues anualmente se ejercen 300 millones de pesos, una cifra similar se invirtió en la construcción de aulas provisionales.


Desde el 7 de septiembre del 2017 a la fecha se han registrado más de 5 mil réplicas, solo del sismo de 8.2 grados; mientras que los sismos que han ocurrido desde esa misma fecha son casi 20 mil.


La ocurrencia continua de temblores modificó sustancialmente las afectaciones en 8 mil 500 viviendas que solo habían sufrido daños menores y ahora son daños mayores, y otras que no habían sufrido daños, ahora presentan deterioros.


Para la reconstrucción de estas casas se requieren 400 millones de pesos; el gobierno de Oaxaca ha informado que solo cuenta con 80 millones que provienen del Fonden y esperará a que el próximo gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador, brinde ese apoyo que requieren.