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Pemex, el vecino incómodo en Salina Cruz, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

SALINA CRUZ, Oaxaca.- Luego del último derrame ocurrido por los residuos que se filtraron por el zanjón de la refinería Ing. Antonio Dovalí Jaime de Petróleos Mexicanos (Pemex), a la altura de la carretera que conduce a la agencia municipal Boca del Río, y que generó la movilización de pobladores de esa localidad, Mariano Vicente -regidor de Ecología- destacó que este incidente fue menor en comparación con otros derrames ocurridos.


Desde que se instaló la factoría en el puerto de Salina Cruz, a finales de los 70, aseveró, además de la importante actividad económica y fuentes de empleo que generó para toda la región del Istmo de Tehuantepec, un aspecto negativo es el de la constante contaminación con restos de hidrocarburo que hace a playas, lagunas y mangles, así como la generada por la quema de residuos y que el viento propaga en toda la región.


El regidor indicó que de la inspección ocular realizada a la laguna y la zona afectada que comprende el subsuelo, flora y fauna, fue mínimo; en la fecha que ocurrió ese evento, realizaron un recorrido a toda esa área y después de haber entrevistado a pescadores que estaban realizando sus actividades en la laguna, estos negaron que el hidrocarburo hubiese arribado hasta donde se encontraban pescando.


Mariano Vicente explicó que con cada derrame que ocurre, la población afectada hace uso de este derecho para protestar, presionar a Petróleos Mexicanos (Pemex) y después acordar con la petrolera indemnizaciones y empleo temporal para la población afectada, contratados por la empresa que se encarga de la limpieza de los residuos, pero no existe una solución de fondo a los problemas de contaminación.


Reseñó que la misma situación se presentó cuando ocurrió la explosión del 14 de junio del 2017, en la que un grupo de vecinos de la colonia Soledad y otras más, protestaron en contra de la petrolera porque la humareda se abalanzó principalmente sobre esas colonias, causando la muerte de animales domésticos, por lo que pidieron la intervención de las autoridades municipales para denunciar esos hechos.


Sin embargo, al poco tiempo, ellos mismos se desistieron de la denuncia y se encargaron de negociar prebendas para su propio beneficio, olvidándose del problema medular que aqueja históricamente a este región y que es el de la contaminación.