JUCHITÁN, Oaxaca.- A pesar del peligro que representa, no existe una delimitación, ni cintas de peligro, ni advertencias, aún cuando el Ayuntamiento Municipal a través de la Regiduría de Obras Públicas, ha reconocido que la fachada de la casa del general Heliodoro Charis Castro es un peligro.
Por estar es una zona céntrica y al lado del Centro Escolar Juchitán, los vehículos se estacionan frente al edificio construido en el siglo pasado, a pesar de que existe el riesgo de que las ruinas de dos pisos puedan venirse abajo.
Lugarda Charis Luna, heredera de la casa, dijo que le duele mucho que se tenga que echar abajo el hogar de su padre, lugar en donde se reunió con expresidentes de la República, gobernadores, altos militares y con el pueblo mismo, pero no queda más remedio.
Reconoce que no tiene recursos para reconstruir la gran casa que fue, con gruesos muros de ladrillo, aún cuando está consciente, quién más que ella, de su valor histórico, artístico y sentimental.
Sin embargo, las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) consideran que debe ser preservado y han prohibido su demolición; sin embargo, sólo han contribuido con el dictamen de su valor histórico.
El INAH no ha gestionado recursos para que alguna empresa se encargue de apuntalarlo e iniciar un proceso de reconstrucción, como lo ha hecho con la Casa de la Cultura y el templo de San Vicente.
El edificio no tiene más de cien años, pero fue el hogar del militar que venció en la batalla de Ocotlán, pelea clave para que los obregonistas aplastaran la rebelión del general sonorense Adolfo de la Huerta.
También fue un excelente estratega para aplacar la rebelión cristera en El Bajío, en la que es recordado como un rápido y certero soldado que ante los triunfos fue magnánimo con los derrotados.
