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Cumplen ikoots con la Virgen de Candelaria, piden poder pescar

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Foto(s): Cortesía
Redacción

SAN MATEO DEL MAR, Oaxaca.- Con las festividades a la Virgen de la Candelaria inicia el ciclo de rituales del año del pueblo ikoots de San Mateo del Mar relacionado con la petición de lluvias, ya que el buen temporal llena los ríos que proveen de agua dulce a las saladas lagunas, lo que propicia la buena reproducción del camarón y peces.

Los viejos de esta comunidad cuentan que antes de la llegada de los españoles y la nueva religión, los huaves adoraban a una Virgen que vivía en el mar, a la cual llamaban Nijmeor Cang y que actualmente relacionan con las müm ncharrec (madre viento), las señoras del viento del sur que llegan con la celebración a La Candelaria y despiden al viento del norte teat iüd (padre viento), que los castiga con sus fuertes rachas desde noviembre.

La celebración a la Virgen de la Candelaria entre los ikoots es una reminiscencia de la antigua diosa que llaman “Virgen de piedra”, a la que se pide amparo contra los vientos del norte para poder pescar y la petición de lluvia para tener camarones y peces en sus lagunas y, sobre todo, protección para el pueblo.

Tianguis de mujeres huaves

Entre la iglesia y el palacio municipal se escenifica un tianguis en donde las mujeres huaves ofrecen sus productos desde albahaca, gallinas, patos, palomas, huevos, animales silvestres, frutos que no se ven en los mercados zapotecos, totopos, productos del mar, además de comida como los tradicionales mengues y artesanías.

El presidente municipal, Juan Cepeda Victoria, en un mensaje a la población, ha pedido responsabilidad y asumir las medidas y los cuidados para evitar contagios luego de que el año pasado se suspendieran las festividades por la pandemia.

En la explanada municipal ejecutaron su danza Los Maliünts o  Malinches, una nueva generación de jóvenes con la visita de los danzantes del pueblo hermano de San Dionisio del Mar, luego de varios años de no ejecutarse estas danzas tras la pandemia y ante la presencia de las autoridades municipales.

Aunque no hubo la afluencia de miles de peregrinos como antes de la pandemia, este 2 de febrero llegaron zapotecos de los pueblos de Juchitán, Santa María Xadani, San Blas Atempa, Tehuantepec y otros pueblos que por familias enteras visitaron a la Virgen y comieron y consumieron bebidas embriagantes en los puestos de comida instalados en las calles principales de la cabecera.

Unos días antes, a falta de mayordomo, las autoridades municipales encabezaron la celebración de la labrada de cera en donde se fabrican los cirios y cuyo acto final es ir en procesión de la casa de los mayordomos hasta el templo en donde está la virgen y depositar sobre el altar la nichech o la ofrenda.

Tanto ikoots como zapotecos dejan sus flores y sus veladoras y cirios ante la Virgen y con sus ramas de albahaca en la mano se arremolinan alrededor de ella para tocarla y luego untarse las ramas como una especie de purificación; también piden favores a la Virgen, generalmente curarse de alguna enfermedad.

Es también costumbre que los visitantes acudan a la parte sur de esta ínsula en donde está el mar vivo, el océano pacífico con sus grandes oleadas encopetadas de blanca espuma, ahí se sumergen para sentir el fría agua marina.

Mañanitas a la Virgen

Por la tarde, el capitán y la capitana de las festividades encabezaron el tradicional paseo del estandarte, convite de flores y tirada de frutas por las principales calles de la cabecera y en la noche celebraron su “grandioso baile” y un minuto antes de la medianoche se entonaron las mañanitas a la Virgen, acto seguido de juegos pirotécnicos.

La fiesta a la Candelaria se celebra luego que en el 2021 no se celebró por las medidas de restricción por la pandemia que produjo una crisis económica de falta de circulante, ya que no se podían comerciar y vender los productos del mar y del campo en las ciudades.

También porque estaba muy cercana la mascare que cobró la vida de 15 personas en junio de 2020. La noche del domingo y la madrugada del lunes que fueron linchadas con extrema violencia, sólo un mes antes habían sido incendiadas casas y automóviles y asesinado al agente suplente de Huazantlán del Río.

Había todavía siete meses después mucha tensión en las agencias que preceden en el camino de acceso a San Mateo del Mar y en la cabecera misma, incluso ahora todavía existen personas desplazadas de sus hogares después de la masacre, que siguen exigiendo justicia por los asesinatos.

Ahora con nuevas autoridades que a la vez que son autoridades civiles, ejercen funciones ceremoniales en el sistema de cargos que rige esta comunidad, que es la que más conserva su lengua y sus costumbres y tradiciones de los cuatro pueblos huaves antiguos; las festividades se desarrollan cuando la mayoría de la población ya ha sido vacunada.

El origen

Los viejos de esta comunidad cuentan que antes de la llegada de los españoles y la nueva religión, los huaves adoraban a una Virgen que vivía en el mar, a la cual llamaban Nijmeor Cang y que actualmente relacionan con las müm ncharrec (madre viento), las señoras del viento del sur que llegan con la celebración a La Candelaria y despiden al viento del norte teat iüd (padre viento), que los castiga con sus fuertes rachas desde noviembre.