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Regidores optan por no escuchar informe de Atecas

Juan Carlos Atecas
Foto(s): Cortesía
Redacción

Mariana Saynes Bósquez 

SALINA CRUZ, Oaxaca.- Ya sin el ánimo triunfalista que regularmente mostraba en sus actos públicos, sin la parafernalia acostumbrada para presentarse ante sus iguales y el pueblo de Salina Cruz, Juan Carlos Atecas Altamirano acudió al parque central, declarado recinto oficial, para rendir su último informe de actividades al frente del gobierno municipal.

El 23 de diciembre pasado, en vísperas de Noche Buena, apenas con el quórum mínimo para instalación de la sesión solemne de Cabildo, seis de 13 regidores, que durante todo el trienio reclamaron transparencia y rendición de cuentas, desairaron al primer concejal y optaron por no escuchar el estado que guarda la administración pública municipal ni las cuentas que entrega el munícipe al pueblo de Salina Cruz. 

Convocada para las 19:00 horas, la sesión fue instalada hacia las 20:10 horas. El maestro de ceremonias pidió entonces apresuradamente que fueran ocupados los lugares vacíos que se habían reservado para las personas que finalmente no pudieron asistir. Menos de 100 sillas fueron dispuestas en la explanada municipal. 

Sin nombrarlos, Atecas agradeció a las autoridades civiles y militares su presencia, y pidió guardar un minuto de silencio por las víctimas mortales del COVID-19; 322 personas han fallecido en Salina Cruz en dos años de pandemia. 

Hora y media de discurso, aderezada con una docena de videos para hacer constar las acciones emprendidas durante su gobierno, al que colgó el calificativo de "histórico", porque se inauguró una nueva forma de relación, dijo, entre la sociedad y el gobernante. 

Loas al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; pleitesía al gobernador Alejandro Murat Hinojosa. También, un guiño a Salomón Jara, recientemente designado coordinador estatal de la 4T en Oaxaca, y con quien se observó un distanciamiento tras no ser favorecido con la candidatura para la reelección, aún antes. 

Atecas destacó, en primera instancia, las obras federales que atrajo Salina Cruz, por un monto superior a los 180 millones de pesos y que cambiaron el rostro de esta cabecera municipal. Obras que fueron designadas por la Sedatu en el programa Mi México Late y no por intercesión del munícipe. 

Con una atropellada dicción, pero con marcado orgullo, el primer concejal enumeró las 300 "obras comunitarias", realizadas en barrios, colonias y agencias municipales, básicamente de pavimentación. Cincuenta de esas obras fueron realizadas únicamente en la colonia San Pablo, de la que él es originario, y todas con recursos federales. 

Presumió semáforo verde en cuanto a la incidencia delictiva, así como la certificación de policías municipales y el equipamiento de la corporación con recursos federales, hasta el año pasado.

No faltó el agradecimiento a la familia, a los trabajadores de confianza, a los líderes sindicales y reiteró a los integrantes del Cabildo que nada ha sido personal. La alharaca de Atecas Altamirano fue sellada con cinco minutos y 10 segundos de juegos pirotécnicos.