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Parroquia de San Vicente Ferrer, monumento histórico

Foto(s): Cortesía
Redacción

La parroquia de San Vicente Ferrer es un templo importante para Juchitán; la comunidad ha estado al pendiente de la restauración a cargo de personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Fundación Alfredo Harp Helú.

 

Para la restauradora Laura Adriana Téllez, el edificio es significativo para sus habitantes, pues en él se han registrado sucesos importantes como bautizos, presentaciones, quince años y bodas a lo largo de la historia. 

 

 

Se trata de un edificio que ha albergado recuerdos que el sismo agrietó y que trajo consigo un evento traumático en las personas que observan un templo dañado, una estructura que también resguarda objetos de valor de culto y el trabajo de restauración permite rescatarlos para que en un futuro, la parroquia luzca similar a la que se tenía antes de los sucesos que dejó el 2017.

 

 

Desde febrero pasado, en la parroquia han trabajado cuadrillas de expertos en restauración, coordinados por la especialista Laura Téllez, quienes tienen la misión de proteger los bienes al interior del templo, mientras los del área de arquitectura consolidan el edificio y lo vuelven a hacer seguro para que las personas puedan volver a utilizarlo.

 

 

Retablo dañado

 

 

Durante este tiempo, han retirado seis retablos del templo; uno de ellos fue dañado por el sismo de manera significativa, pues le cayó el techo del nicho donde estaba colocado. 

 

 

Ante esto, evalúan los daños y revisan la manera de poder reconstruirlo y montar; “se está evaluando qué tanto porcentaje de ese retablo se puede rescatar para que vuelva a ser parte del templo”.

 

 

Se llevará al menos ocho meses en la restauración del retablo; como primera acción se rescató y separó de los escombros; las piezas han sido limpiadas, etiquetadas y fotografiadas; hasta el momento hay 300 piezas del retablo.

 

 

“Tenemos un rompecabezas gigante, entonces tenemos que ver qué coincide y qué se perdió con el escombro; nuestro objetivo es dejarlo lo más completo posible”.

 

 

Para esto, se requiere de fotografías del retablo completo, pues la mayoría del archivo se han tomado mal y de ángulos diferentes que les imposibilita tener certeza de su estructura; “hay secciones de las que no tenemos información y que están perdidas”. 

 

 

Cinco retablos más se desmontaron y se resguardaron con todas las condiciones posibles; para esto, se edificó una caseta para su resguardo; “se hicieron soportes auxiliares para que se mantengan de pie durante el tiempo que sea necesario, porque la intervención del inmueble llevará bastantes meses”, expresó.

 

 

Además de los retablos, se rescataron documentos, indicios de pintura mural, de los cuales se hicieron calcas y se ingresaron a la base de datos. 

 

 

La restauradora lamenta que haya algunas cosas que inevitablemente se van a perder por el sismo, pero a pesar de eso, los registros se van a archivar, por si se requiere esa información.

 

 

Las tres campanas que estaban en la parte superior de la parroquia fueron removidas; además, se intervinieron esculturas policromadas; ocho esculturas fueron dañadas, mismas que se restauraron y se tienen en resguardo en la iglesia de Esquipulas.

 

 

Documentos importantes 

 

 

De acuerdo con la especialista, la mayoría de la pintura mural es contemporánea, los documentos tienen una temporalidad del siglo 17 y las esculturas son variables, la mayoría del siglo 18. 

 

 

Los retablos tienen un tiempo distinto, tres son del siglo 20 y dos de finales del siglo 18, mismas que se reconocen por la manufactura, presentan hoja de oro y se evalúan las características plásticas y estéticas artísticas del retablo. 

 

 

Para Laura Adriana Téllez, la restauración no tiene fecha; resalta la importancia de dejar el inmueble seguro para los usuarios y debido a que no pueden dejar el inmueble vacío ni sustituir los objetos que tenía, se está implementando la restauración de los mismos. 

 

 

“Nosotros respetamos los valores simbólicos, artísticos y la carga de valor que tiene, eso es restauración; queremos minimizar el impacto que provoca perder algunas cosas, para que cuando la iglesia pueda volver a ser un lugar abierto a todos, pueda ser el mismo lugar que se cayó”.

 

 

Monumento protegido

 

 

La parroquia de San Vicente Ferrer es un lugar protegido como monumento histórico, por lo cual la carga legal es fuerte y no hay otro lineamiento que restaurar, respetando los valores históricos del edificio.

 

 

Existe una normativa del INAH, así como lineamientos internacionales y nacionales para que las decisiones que se tomen sean conjuntas, debido a que hay cosas que se van a derrumbar y volver a hacerlas, pero hay maneras de cómo llevarlas a cabo; por ese motivo, la conclusión de la obra tomará su tiempo.