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Marcan a San Mateo del Mar rezago, marginación y migración

Foto(s): Cortesía
Alfonso Tapia Barrita

SALINA CRUZ, Oaxaca.- San Mateo del Mar es un municipio que pertenece a la nación ikoots y entre sus actividades principales se encuentran la pesca y el comercio. La primera es desarrollada básicamente por los hombres del pueblo y son las mujeres las encargadas de comercializar el producto, ya sea en la cabecera municipal o en mercados de los municipios aledaños, Salina Cruz y Tehuantepec, principalmente. 

Por años, así ha sido en un municipio con alto grado de marginación que no ofrece a los jóvenes mayores posibilidades de desarrollo. Las familias se adaptaron a ese "modelo". Sobresalen también como actividades productivas la elaboración de textiles con tintes naturales y la cestería; sin embargo, las nuevas generaciones, poco a poco comenzaron a buscar otras opciones para mejorar el ingreso familiar y sobre todo, para cursar estudios de educación medio superior y superior, así, se ha gestado la migración hacia las zonas urbanas. 

Hombres y mujeres de San Mateo del Mar salen diariamente de su comunidad a Salina Cruz, principalmente, ahí se emplean como obreros en alguna compañía que trabaje para la refinería, en el área de la construcción, como empleados en pequeños comercios y como empleadas domésticas. Además, es posible observar a diario a mujeres ikoots ir y venir en el centro y las colonias con sus productos a cuestas. 

Laidy, originaria de la cabecera municipal, señaló que la pesca y el comercio que practican tanto los hombres como las mujeres de la localidad, es cada vez menor, las mujeres jóvenes emigran a la capital o se  emplean en negociaciones comerciales y casas particulares del puerto, va quedando atrás la venta de camarón y pescado, hortalizas, huevo de pato o gallina, té limón, chípil, totopo y comizcal, etcétera.

"Cuando puedo ayudo a mi madre, pero por lo general me empleo en algún negocio de manera temporal, todo lo que ofrecemos lo quieren comprar muy barato, así ya no resulta el negocio. El huevo de tortuga la gente lo quiere pagar a uno o dos pesos, sin saber de las dificultades que atraviesan los hombres para conseguir el producto y del riesgo que hay de ser aprehendido porque está penado por la ley su comercialización", indicó la jovencita de apenas 18 años.

En tanto, Marisol Suasnavar, vecina de la agencia de Huanzantlán del Río, perteneciente al municipio mareño, explicó que con todo y limitaciones logró cursar estudios de nivel superior en el Itsal.

"A veces trabajo y otras no en Salina Cruz, ayudo a la familia en sus actividades, pero en esta comunidad la gente se dedica más al comercio, algunos productos como epazote, albahaca y flor de calabaza, los obtienen de sus patios, y otros como el nopal, por ejemplo lo adquieren y revenden en las plazas de esa ciudad", dijo la joven madre.

 

En esta localidad las y los jóvenes se van a la ciudad, algunos se emplean en compañías que trabajan en la refinería, otros como trabajadores de la construcción, las mujeres desde jovencitas hacen lo mismo, no hay muchas oportunidades o más bien no las hay en San Mateo, son pocas las opciones en esta tierra para estudiar o trabajar, agregó.

Leslie Ramezal, mujer originaria de San Mateo del Mar, explicó que aunque entiende el idioma ikoots, porque es el que hablan sus padres, no le es posible parlarlo con fluidez, como si lo hacen otros conocidos de su generación. Ella, desde pequeña vivió por más de diez años en la capital oaxaqueña, por lo cual no lo pudo asimilar como tal, como hubiera  querido, dijo la joven de 23 años de edad.

"No nos es posible ya quedarnos a ayudar a nuestros padres como lo hacíamos de pequeños, mi señora madre Soraida Hinojosa, preparaba el tradicional guetabingui (torta de camarón o pescado) y mis hermanos y yo lo vendíamos en el mismo municipio o en Salina Cruz, ahora solo hace para ofrecer el día de la Candelaria y en fechas excepcionales o para alimentar a la familia como aperitivo en lo que está la comida principal".