Gerardo Valdivieso Parada
JUCHITÁN, Oaxaca.- Luego de que organizaciones defensoras de derechos humanos de las mujeres denunciaran que el Centro de Justicia para la Mujer (Cejum) es un elefante blanco, Mónica Morales López señaló a la Fiscalía de la Mujer de este centro, de ser la responsable de que el presunto asesinato de su hija Susana, a manos de su pareja, haya quedado impune.
“El asesino no puede andar en la calle como si nada, es un asesino y la Fiscalía de la Mujer de Juchitán no quiere trabajar sobre el caso, porque ellos tuvieron la culpa, ellos son responsables. Y si me quieren demandar por decir la verdad”, escribió la madre que ya había denunciado meses antes la violencia hacia su hija a manos de su pareja, Elisandro López Valdivieso, ante la misma Fiscalía para la Mujer en el Cejum.
“El 29 de mayo de 2021 yo acudí a la Fiscalía de la Mujer a denunciar que mi hija vivía violencia familiar, pero no hicieron nada; el día 12 de marzo de este año, a mi hija la mataron, la mató su pareja, quien es de La Ventosa, y falleció hasta el día 16 de marzo en el hospital, por traumatismo craneoencefálico severo producido por proyectil disparado por arma de fuego”, relató.
El día en que le fueron a avisar que su hija supuestamente se había suicidado en su hamaca, mientras su pareja arreglaba su carro, la madre de la víctima vio una serie de evidencias que contradecían la versión de la pareja de Susana, ya que la mujer no se encontraba en la hamaca sino en el piso y en la casa no había rastros de sangre.
En cuanto al que acusa de la muerte de su hija, “él traía sangre salpicada en su rostro y en su ropa, y mi hija no tenía sangre” y que además de tener antecedentes penales “lo detuvieron el año pasado por portación de arma de uso exclusivo del Ejército, cartuchos recortados y droga, dijeron que por los cargos estaría de 6 a 8 años de prisión; pero salió al día siguiente porque la mamá pagó 20 mil pesos al juez, eso fue lo que Elisandro dijo”.
A pesar de las muchas evidencias de que Susana no se suicidó porque no era una persona depresiva y tenía una hija de 2 años que adoraba y que no dejaría huérfana, y al hacerle la prueba de pólvora en las manos salió negativo, además de que era evidente que había sido perseguida para acabar con su vida: “traía mucha tierra en el pie, estaba sucia, como si hubiera corrido en el monte”.
Mónica Morales sólo se explica que la Fiscalía se haya pasado por alto todas las pruebas que incriminaban al asesino, a que otra vez la madre los haya sobornado. “Pienso que aquí pasó lo que me imagino, su mamá volvió a sobornar como siempre lo hace cuando su querido hijo se mete en problemas; todos los que la conocen lo saben”.
La madre de la víctima se dijo “muy molesta, tengo mucho enojo e inconformidad con respecto a la muerte de mi hija;, mi hija no se disparó como dicen, a mi hija la mataron”; por ello ha iniciado una lucha legal para “llegar hasta las últimas consecuencias, pido que el caso de mi hija sea investigado con perspectiva de género, si en la Fiscalía no cumplieron con el protocolo eso ya es culpa de ellos, y la Fiscalía me está diciendo que mi hija sola se disparó y que no hay nada que hacer y las fotos que le tomaron y que yo tengo, que mejor no lo muestre porque nos meteríamos en problemas”.
