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Rafaguean a hijo de policía

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, OAX.- Sangriento fin de semana. De varios disparos de arma de alto poder dieron muerte al hijo de un ex-agente ministerial, la noche de este domingo.


El ahora occiso, de escasos 30 años de edad, fue ultimado a balazos cuando se encontraba frente a su domicilio, sentado en la banqueta.
El malogrado joven estaba en compañía de un amigo y ambos tomaban cervezas.
Al filo de las 21:50 horas, los sicarios arribaron hasta el lugar y refaguearon a su víctima con un fusil de asalto AK-47, de los llamados ‘cuernos de chivo’. 
El mortal atentado se registró en la avenida Benito Juárez, entre las calles 2 de Noviembre y Guadalupe Victoria de la Cuarta Sección.
Tras las detonaciones, los vecinos escucharon el rechinido de las llantas de un vehículo compacto de color gris, que arrancó a toda velocidad para enfilarse sobre la avenida Juárez y después perderse al dar la vuelta sobre la calle 2 de Noviembre. 
Un silencio sepulcral invadió entonces el vecindario, que sólo fue interrumpido por el llanto desgarrador de los familiares de la víctima, quienes constataron que ésta había dejado de existir.
Los familiares levantaron de inmediato el cuerpo del joven para introducirlo a su domicilio. 
Instantes después arribaron al lugar elementos de las Policías Estatal y Municipal, así como una ambulancia del Heroico Cuerpo de Bomberos, pero los servicios de ésta última ya no fueron requeridos.
Vecinos y curiosos se aglomeraron en el lugar y decían que la víctima era hijo de un ex agente de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI).
Elementos de la AEI arribaron al lugar e intentaron dialogar con los familiares, pero en ese momento el dolor de la irremediable pérdida era indescriptible para ellos.
Entonces los agentes se mantuvieron al margen, esperando poder hablar con los afectados, y así realizar el levantamiento legal del cuerpo sin vida del joven.
Casquillos calibre 7.62 se encontraban regados frente a la casa del ahora occiso, luego del ataque de los mensajeros de la muerte.
También quedaron en la escena del crimen dos cervezas ‘caguamas’, una gorra y un gran charco de sangre.