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Tras mar de fondo, reinicia la pesca en Salina Cruz, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

SALINA CRUZ, Oaxaca.- Los pescadores ribereños de La Ventosa volvieron a la actividad, luego de los días difíciles en los que permanecieron varados por los efectos de Mar de Fondo y otro fenómenos meteorológicos presentados durante los últimos días. La principal labor que se retomó fue la captura de ostión, sustento de la mayoría de las familias de esta agencia municipal de Salina Cruz.


Los ostioneros indicaron que tras la persistencia de diversos fenómenos, el turismo bajó en la localidad, famosa por la calidad del molusco que aquí se aprovecha.


Quienes se dedican a la captura del ostión rebelaron que al menos una cuatro lanchas han estado partiendo al sur de la población desde hace un par de días, con dirección a algunas de las zonas conocidas como La Ahogada, Cerro del Morro y otros riscos,


donde pueden capturar producto de buena talla para comercializarlo en la misma localidad, en palapas y restaurantes y en algunos otros puntos del puerto de Salina Cruz.


Cada lancha parte diariamente con entre diez y doce personas a bordo para dirigirse al sur, dentro de los límites de la agencia municipal, cerca de la playa, lo que hace un total de 50 ostioneros que son los únicos quienes cuentan con el permiso para realizar esta actividad en la población.


La captura ha sido de buena a regular, dijo Armando Díaz, pues en una mañana se puede llegar a


capturar hasta un cuñete del producto, lo que representa en términos monetarios hasta 400 pesos por una jornada, mismos que se expenden entre 80 y 100 pesos, en promedio la docena en la misma población, precio que puede variar en comparación con restaurantes.


Si bien la afluencia de visitantes ha sido poca durante el transcurso de la última semana, por los diversos fenómenos que se han presentado, los días domingos ha estado arribando una buena cantidad de visitantes que acuden ávidos de consumir el delicioso bivalvo.


Explicó que con todo y los temporales de tormenta tropical y vientos del norte, a la población siempre acuden aunque sea a sentarse a mirar el continuo oleaje que generan estos fenómenos y los menos precavidos hasta se meten al mar para refrescarse, aunque la arena lastime como puntas de alfiler su piel.