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Tragedia no dobla a las juchitecas del istmo, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca-. A más de tres meses del terremoto del 7S las mujeres de Juchitán aún lloran sus casas perdidas, dice el historiador Víctor Cata... pero las juchitecas no se quedan en la “tragedia” y afrontan con alegría esta contingencia.


“Hay todavía personas que padecieron el terremoto que lloran, pero he detectado que no perdieron su buen humor, porque lloran un ratito y luego empiezan a reír, a reírse de sí mismas ‘ay, a qué nahuiini’ ladxidua’’-ay, qué corazón tan chiquito tengo’ dicen”.


Han pasado los meses y las juchitecas siguen “muy endebles, muy frágiles, no es para menos, fue un terremoto lo que les tocó vivir dentro de sus casas, muchos perdieron sus hogares, es una realidad amarga porque a ratitos se acuerdan que ya no tienen casa y es cuando lloran y después se alegran por estar vivas, están oscilando entre el dolor y la alegría”.


El lingüista aseguró que sus paisanos no tienen una actitud de derrota ante el desastre en que se les fue todo lo que tenían: “no me he topado con gente que esté victimizada, siempre me he topado con personas que quieren seguir adelante”.


Puso el ejemplo de su vecino Juanito, el tejedor de los huipiles de cadenilla de más de 70 años de edad: “nunca pidió dinero para su casa, cada que lo iba a ver me decía ‘mi máquina, mi máquina, ayúdame con mi máquina porque quiero trabajar, porque no estoy acostumbrado a estar sentado, me aburro, me enfermo, me siento acá y luego allá, parezco perro viejo’; Juanito representa ese amor por el trabajo no sólo de él sino de toda la gente”.


La mayoría de los juchitecos están acostumbrados a ganarse el pan con su propio esfuerzo reveló el escritor: “mujeres y hombres están acostumbrados a trabajar, a tener dinero en la mano, porque eso les da respiro para esta vida, de seguir pasando el día y seguir viviendo”.


El coordinador de las cocinas comunitarias dijo que ya sólo operan dos una en la Quinta Sección y otra en la Octava, y aunque planeaban cerrarlas el 31 de este mes, la de la Octava cerrará el 25 de diciembre y la otra suspenderá sus actividades el 28, en ambas se cerrará con una cena de despedida con las cocineras y los beneficiados de estas cocinas.