JUCHITÁN, Oaxaca.- Siete organizaciones de mujeres en la región del Istmo marcharon este 25 de noviembre en conmemoración del Día Naranja, en la campaña UNETE de la Organización de las Naciones Unidas, para poner fin a la violencia hacia las mujeres.
Demandaron seguridad y justicia para el género femenino.
Organizaciones como la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México DDESER, denunciaron que existen constantes violaciones, incremento de la delincuencia organizada, redes de trata de personas, así como acoso y violación de derechos a defensoras de derechos humanos.
Frente a ello, las instituciones no hacen lo que deben de hacer para atender dichas problemáticas.
Los principales generadores de esta violencia son el Estado mexicano, sus instituciones y funcionarios que actúan con corrupción e impunidad.
Indicaron que el Estado no genera condiciones de cambio, pues siguen existiendo violaciones de mujeres, niñas y niños, así como feminicidios en todo el país.
“Tan sólo en este año las estadísticas indican que 8 de cada 10 mujeres viven algún tipo de violencia, según cifras del INEGI a nivel nacional”.
Feminicidios en aumento
El Grupo de Mujeres 8 de Marzo, informó que a nivel estatal “vivimos un constante incremento de feminicidios".
"En un día en el estado fueron asesinadas cuatro mujeres, dos de ellas en Asunción Ixtaltepec, donde la señora Mailet Solorza Cabrera y su hija Diana García Solorza fueron asesinadas en su domicilio”.
Agregaron el caso emblemático de Jennifer Antonio Carrillo rociada por su marido con gasolina en la Ciudad de Matías Romero a principios del año.
Citaron también los casos de Leticia NR cuyo cadáver apareció en la Carretera Juchitán–La Ventosa en marzo de este año; el de la deportista Biniza Esqueda asesinada en el lugar donde se encontraba conviviendo en El Espinal; y el de Karla N, originaria de Coatzacoalcos, Veracruz, asesinada en su vivienda.
Estos y otros casos más suman un total de 107 feminicidios en el primer año del actual gobierno.
Otro tema pendiente, reclamaron, es el derecho a la salud de las mujeres, quienes enfrentan la falta de atención y servicios médicos eficientes, así como la falta de espacios dignos, equipamiento, personal sensible y comprometido.
Actualmente las mujeres, niñas y niños que viven en albergues, sufren condiciones de insalubridad, hacinamiento y están expuestos al acoso sexual.
Las emergencias médicas no están siendo atendidas localmente y el hacer traslados a otros municipios provoca la muerte de muchas mujeres.
“Hacemos el llamado al Estado mexicano para que se apliquen los recursos internacionales que han donado las naciones del mundo, que no se deje en el abandono a las mujeres indígenas y que se apliquen los presupuestos para la reconstrucción digna de la región del Istmo y se ponga alto a la violencia feminicida”, concluyeron.
