JUCHITÁN, Oaxaca.- Sin armas, con un raquíticio salario y ahora con chalecos blindados que ya caducaron, los policías municipales de esta ciudad salen a las calles a tratar de cumplir su misión ante una delincuencia cada vez mejor armada y equipada.
Trascendió entre las filas de la corporación que los chalecos antibalas que de alguna manera los protegían ante el ataque de los delincuentes, ya rebasaron su fecha de caducidad, fijada para el mes de junio del 2016.
La mayoría de los elementos no lo saben, por lo que aún los portan pensando que pueden salvarles la vida cuando participen en alguna balacera o persecución.
Ahora estos uniformados temen por su vida y dicen estar a merced del hampa, sobre todo porque en forma cotidiana son los primeros en llegar al lugar de los hechos.
NULA PROTECCIÓN
Estos chalecos con blindaje grado 2, les fueron donados a los policías municipales hace menos de un año y sólo servían para soportar impactos de proyectiles calibre 22, uno de los menos usados por la delincuencia.
Los chalecos blindados que utilizan elementos de otras corporaciones, como la Policía Estatal, la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), la Policía Auxiliar, Bancaria, Industrial y Comercial (PABIC), así como de la Policía Federal, son de mayor resistencia, en algunos hasta grado 4.
Este grado soporta en su mayoría los impactos de proyectiles de casi todo tipo de armas cortas (calibre 22, 9 milímetros, 38, 45, etcétera). Y en algunos casos, también de proyectiles calibre 233 de fusiles de asalto AR-15 y 7.62 de los llamados "cuernos de chivo".
El precio de estos chalecos blindados va de los 15 mil pesos en adelante, dependiendo del grado y la marca del fabricante.
Estos equipos de protección ocupan placas de fierro y de cerámica para una mayor resistencia.
Los policías municipales esperan que sus chalecos caducados sean remplazados lo más pronto posible, ya que ante la ola de atracos que en estas fechas decembrinas se dispara considerablemente, ellos ponen en riesgo su vida.
Los policías municipales son los que siempre llegan primero al lugar de los hechos, ya sea robo, asalto a establecimientos o personas, y otros delitos de alto impacto.
POCO PERSONAL Y MUCHO TRABAJO
Los policías municipales son alrededor de 125 efectivos, divididos en dos turnos para proteger y servir a esta ciudad, con sus nueve secciones y más de 160 colonias populares.
Se mantienen en guardia por 24 horas y el desgaste físico es demasiado.
A esto se suma la mala alimentación que su mayoría tiene. Muchas veces olvidan la hora de comida por cubrir algún evento, llámese, atraco, homicidio o para brindar apoyo en algún accidente.
Por si fuera poco tienen muchas horas de desvelo, ya que en sus días libres suelen tener otro trabajo para solventar los gastos de manutención de su respectiva familia.
SALARIOS RAQUÍTICOS
Un policía municipal de Juchitán gana cerca de mil novecientos pesos a la quincena, carece de prestaciones y seguro de vida.
Cuenta con seguro de gastos médicos, pero sólo para el policía; si el uniformado tiene familia ésta no cuenta con ninguna atención por parte del municipio, por lo que se las arreglan como pueden.
En contraste, un elemento de la AEI gana alrededor de 11 mil pesos a la quincena y cuenta con seguro de vida y prestaciones.
Aunque comparados con otros estados, son los peores pagados.
Un agente ministerial en el Estado de Nuevo León, gana cerca de los 15 mil pesos, a la quincena.
Es cierto que en el norte del país la delincuencia está al tope, pero es cuestión de tiempo para que Oaxaca -y en consecuencia el Istmo de Tehuantepec-, esté entre los estados con más delitos de alto impacto, como la ola de ejecuciones registrada en lo que va del año, uno de los más sangrientos en la historia de esta región.
