TEHUANTEPEC, Oaxaca.- La Vela Sandunga no es muy antigua en el Istmo de Tehuantepec, pero si es de las más representativas por su majestuosidad, belleza, organización, sustento histórico y costumbrista que realzan esta celebración.
Este 2024 se realizará la edición número 75 de la celebración que nació como homenaje al son que identifica no solo al municipio, sino a la región y al estado. Desde aquel inolvidable 1953 cuando se conmemoró el centenario de la pieza musical de la Sandunga con la coronación de la primera reina, Bernarda Azcona, originaria del barrio Santa María.
Hace más de 170 años llegó la Sandunga a Tehuantepec, desde entonces, se ha convertido con el tiempo en una pieza capaz de mover la sensibilidad humana donde quiera que se escuche, palabra que significa "gracia" o "salero".
La Sandunga se escuchó por primera vez en México allá por 1850 y tres años después fue traída a Tehuantepec por el poeta Máximo Ramón Ortiz, quien le agregó nuevos versos. Y Andrés Gutiérrez la adaptó al ritmo de son tehuano, afirmó Mario Mecott, historiador local.
Tehuantepec le ha rendido homenaje con vehemencia de manera especial en dos ocasiones, en la celebración del primer centenario que se festejó en mayo de 1953 y en su 150 aniversario que se conmemoró en el 2003.
César Rojas describe en su libro “Sandunga, música sublime, símbolo de la unión” que, en 1853, la composición fue llevada por Máximo Ortiz de Oaxaca a Tehuantepec; y pronto se le adaptaron unos versos en zapoteco, con lo que inmediatamente se le consideró una canción istmeña.
La Vela Sandunga es una de las festividades más representativas no solo para el Istmo de Tehuantepec, sino de todo Oaxaca y México. Cada año atrae a miles de visitantes de todo el país, su belleza y tradición con que se realiza es única.
Se cree que la Sandunga es de origen español y que la "tehuanizó" Máximo Ramón Ortiz con los primeros versos y la armonización del músico Andrés Gutiérrez “Ndrá Sa’ a”. Para conmemorar este acontecimiento el comité organizador detalla los preparativos.
