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La Casa de Cultura Lidxi Guendabiaani’ permanecera cerrada en Juchitán

Foto(s): Cortesía
Gerardo Valdivieso Parada

JUCHITÁN, Oaxaca.- Aunque se calculaba terminar la rehabilitación de la Casa de la Cultura-Lidxi Guendabiaani’ antes de terminar el año, las autoridades municipales y el director de la Casa de la Cultura, Michel Pineda, reconocieron que aún  falta para culminar con la obra.

Faltan por dar los últimos detalles a una parte del ala sur del edificio que está por terminar su techado en lo que abarca su entrada principal y lo que fue el auditorio de la institución, el escenario y lo que fue la sala del taller de ballet.

Aunque ya están los aplanados, existen varios detalles pendientes en más de la mitad del edificio, por lo que se aplazaría más tiempo la apertura del centro cultural, fundado desde 1972 por el gobierno federal.

En el ala norte falta equipar la biblioteca Rosa Escudero, que fue una de las bibliotecas mejor equipadas de libros de arte cuando la acondicionó el pintor Francisco Toledo y su pareja, la escritora Elisa Ramírez, sumadas las donaciones de  personajes locales; mucho de ese acervo se perdió con el tiempo y con el terremoto de 2017.

Además de adquirir nuevas colecciones de libros se agrega el trabajo de ordenación, clasificación, información bibliográfica, etiquetados y la organización para ofrecer el préstamo externo.

En el ala central falta volver a hacer la museografía y recolocar la sala de arqueología, una idea original de Francisco Toledo al donar su colección personal de piezas arqueológicas y de otros donadores. Toda la colección se encuentra  resguardada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

En el ala sur falta amueblar el auditorio, equipar el sistema de sonido y hasta el proyector de cine que tenía antes del terremoto, el sistema de luces y todo el sistema eléctrico para que en el auditorio vuelvan a realizarse recitales de poesía, música y conciertos.

Desde el 2017 la Casa de la Cultura no funciona ni realiza actividades, aún cuando tuvo una sede alterna en las instalaciones del Centro de Educación Ambiental Julio Bustillo Cacho y cuenta con cinco empleados de base.