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Sismo desnuda anemia de salud en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN DE ZARAGOZA, Oaxaca.-En una unidad médica habilitada como el Hospital General doctor Macedonio Benítez Fuentes, derruido tras los sismos de septiembre de 2017, existe el único quirófano para atender a los 73 mil 762 habitantes de este municipio de acuerdo al censo del 2010 por INEGI.


Mientras lo reconstruyen


Aún después de un año, en sus calles, casas y edificios públicos se nota que este es el municipio más afectado por los sismos de septiembre de 2017, pero también por la indolencia oficial.


Quien arriba a la sala de espera del hospital provisional montado en la Colonia Mártires 31 de Junio, puede pasar horas lidiando con el calor que no ahuyentan tres ventiladores empotrados en el techo de lámina.



Sólo hay dos consultorios, uno para emergencias y otro para la atención a embarazadas. El módulo de mater que atiende la médica Yazmín Vela López está junto con el área de ultrasonografía, sin privacidad para pacientes, sólo un biombo brinda algo de secrecía a las mujeres cuando necesitan ser exploradas, pero por los escalones no se podría transitar con una camilla.



En el pasillo, antes de llegar al área de urgencias, a Ángel lo adormece el medicamento que recibe por vía intravenosa para calmar los dolores de una posible apendicectomía pero, a falta de cama, debe permanecer en una silla de ruedas.


El área de urgencias está a unos pasos, tanto en el pasillo como en una habitación, seis camas en total, tres enfermeras y un médico urgenciólogo, Rubén Castillejos Mijangos.


El especialista tiene claro que para el “flujo constante de pacientes” se carece del suficiente espacio, más cuando hay quienes no pueden pasar a hospitalización y deben permanecer semanas o incluso meses en esa área.



De 10 pacientes que aquí llegan, a 6 u 8 se les refiere a los hospitales de Salina Cruz, Santo Domingo Tehuantepec o hasta el General doctor Aurelio Valdivieso, en la ciudad de Oaxaca.


3 nacimientos diarios


El área de ginecología es de las más saturadas pues sólo cuenta con seis camas en un mismo cuarto. La encargada del servicio, la enfermera Gabriela Velazquez Valdivieso, asegura que más tarda en desocuparse una cama que en ingresar otra paciente, ellas o sus familiares deben costear las batas porque carecen de servicio de lavandería.



Eso ocurrió a María Guadalupe Sánchez Alonso. Por el nacimiento de su tercer hijo su esposo, Zacarías Marcial, debió comprar tres juegos de batas y ahora pagar por la cefalexina en tabletas de 500 miligramos y keterolaco, en tableta de 10 miligramos porque "dicen que no lo tienen", sin contar el examen de orina que también debe costear.


Si una paciente requiere oxígeno, las enfermeras deben pedir el equipo a pediatría; en la pared no hay tomas, sólo el hueco de la entrada. El baño lo comparten con el área de urgencias y medicina interna.



Si ingresa una paciente, como Juquila, con un embarazo de 37 semanas, probable pielonefritis (infección a nivel renal) y sufrimiento fetal, un pabellón es todo lo que pudieron habilitarle “con el riesgo del contagio”.


Las carencias


En el área de hospitalización de adultos, con seis camas, también faltan tomas de oxígeno y nebulizadores, monitores, bombas de infusión, porque “trabajamos con el 40 por ciento de equipo, es muy poquito”, explica Mariela Durán López, enfermera del servicio.



Tras el sismo se pudo recuperar 80 por ciento del equipo, “siete veces entraron los compañeros a traer cosas, otras se quedaron en la demolición” que de manera simbólica se programo en octubre; la reconstrucción la inició meses después la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), instancia a cargo de la obra actual.


La delegada sindical, Yolanda Sánchez Ulloa, coincide en reconocer que no había un plan de contingencia. La noche del 7 de septiembre las puertas de emergencia estaban cerradas, los extintores vacíos: “Nunca pensamos en un sismo. Los desastres siempre eran volcaduras”.



Los avances y detalles de la obra se desconocen. El subdirector médico, Iván Castillejos López, resalta que el 15 de agosto era la fecha inicial para su entrega, pero los trabajos aún continúan.