JUCHITÁN, OAX.- El encargado del programa de Adicciones y Salud Mental de la Jurisdicción Sanitaria en el Istmo, Jesús Alejandro Jiménez Gutiérrez, señaló que el crecimiento en el consumo de alcohol de la población en general, muestra la grave problemática que gira en torno a esta adicción.
Pero los focos rojos llaman más la atención por la forma en que se ha incrementado el consumo de bebidas embriagantes entre las mujeres, aseguró el psicólogo.
EL INICIO
Las tendencias indican que la edad de inicio del consumo es cada vez más temprana. La edad en la que una persona tiene su primer contacto con el alcohol, coincide con el inicio de la adolescencia, edad conflictiva por sí misma.
Los consumos de alcohol se disparan en forma importante en el caso de los muchachos de ambos sexos, y este problema se torna más preocupante por el hecho de que se sabe que muchos de los jóvenes que toman sin control, pasan luego a consumir otro tipo de drogas.
ESTADÍSTICA CRECIENTE
Datos del 2013 señalaban que por cada 10 hombres, había cinco mujeres bebedoras. Actualmente, en el 2016, la cifra de mujeres bebedoras ha aumentado a ocho, quienes inician su consumo entre los 12 y 17 años.
Con el apoyo del Centro de Adicciones y de alumnos pasantes de psicología en las unidades médicas, han realizado tres mil 750 pruebas de tamizaje en escuelas secundarias y bachillerato de Salina Cruz, Juchitán, Tehuantepec entre otros municipios.
“De ese número todas aceptaron haber consumido alcohol y solo 16 mujeres aceptaron someterse a un tratamiento para dejar de beber y de ésas, tres están entre los 10 y 14 años, de 15 a 19 años son tres, de 20 a 29 son tres y de 30 años a 49 son siete”.
CAUSAS POSIBLES
Desde temprana edad los niños van siendo influenciados por sus padres, pues hay quienes incluso mandan a sus pequeños hijos a comprarles las bebidas.
En algunos casos el adolescente busca en el alcohol un medio de escape, de refugio o de aceptación social principalmente ante sus amigos y grupo. En esta etapa crítica, la persona se encuentra en la búsqueda de su propia identidad y tiende a rebelarse ante las figuras de autoridad.
Todo esto lo lleva a realizar diversas conductas, que en muchas de las ocasiones no reflexiona sobre las consecuencias que tendrán en su persona, su familia y la comunidad en general.
“Se vuelven muy agresivos e irracionales y por eso vemos muchos jóvenes delinquiendo. Dejan la escuela, no pueden solventar su vicio y los que hace es robar”.
EL ENTORNO
El número establecimientos con venta de alcohol y la publicidad de las empresas con promociones, se suman también a los factores que inducen a los jóvenes a beber.
En los hogares, el consumo de alcohol por parte de los padres es visto por los hijos como una solución a sus problemas, pues todo pareciera ser una fiesta “y consumiendo ese producto la familia está bien, todo es amor y alegría”.
Solo bastan tres cervezas para que la conducta del individuo cambie. El alcohol los inhibe y comienza a sentirse “más tranquilo” o relajado.
Las mujeres bebedoras en edad reproductiva pueden poner en riesgo su embarazo y tener abortos o no poder embarazarse, pueden tener mal formaciones en el feto hasta un retraso mental, “una mala intervención quirúrgica las puede dejar estériles”.
El personal de los Servicios de Salud realiza esfuerzos para sensibilizar a la población a evitar el consumo de alcohol. Promoción de Salud y Psicología visitan escuelas a dar pláticas a los alumnos.
Fomentar el deporte y la convivencia entre hijos y padres es muy importante para evitar que los jóvenes utilicen su “tiempo perdido” en actividades de provecho y se alejen de conductas insanas.
Índices de suicidios
Del 2005 al 2014 en Oaxaca se tienen registrados 389 casos de las cuales 43 son femeninos y 346 masculinos, la edad vulnerable: de 10 a 19 años. En el 2015 la cifra fue de 17, de los cuales 16 correspondieron a hombres y uno a mujer. Ese mismo año, la autopsia practicada a 186 personas fallecidas en accidentes automovilísticos, reveló rastros de alcohol en la sangre.
De acuerdo al Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones (CENADIC), en la Región Centro Sur, en donde está incluido el estado oaxaqueño, la principal droga consumida en la región es el alcohol, seguida de la mariguana, cocaína y tabaco.
