Pasar al contenido principal
x

Trump no asusta a centroamericanos

Foto(s): Cortesía
Redacción

CIUDAD IXTEPEC, Oaxaca.- Si bien el discurso racista y discriminatorio, como lo han descrito infinidad de analistas, le valieron al republicano Donald Trumpo ganar la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica, no le alcanzó para atemorizar a las personas que migran de Centroamérica --como un objetivo de vida o muerte-- hacia el país del norte.


De acuerdo a los testimonios recabados por NOTICIAS en el albergue “Hermanos en el Camino”, con sede este municipio, quienes se encuentran en tránsito hacia el vecino país coinciden en que con Trump o sin él, continuarán el viaje para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.


Migrar por necesidad


“Él no nos para, vamos a entrar siempre”, asegura Juan Miguel, procedente de la comunidad garífuna de Honduras.


Acompañado de sus amigos --todos menores de 20 años--, dice con voz grave: “Trump es un dictador, para mí no es una persona consciente de lo que habla, es egocéntrico, ha tenido todo en su vida y no sabe la necesidad que tenemos los latinos y por qué migramos; piensa que migramos sólo por comodidades pero los hacemos por necesidad”.


Bien para la economía


Jorge Rodríguez, oriundo de Guatemala, a sus 63 años y después de haber trabajado en Estados Unidos en varias ocasiones, reflexionó sobre algunos malos hábitos de latinos al llegar a Norteamérica, como el hecho de concebir hijos sin responsabilidad, dejando su manutención en el Estado, por lo que entiende la postura de Trump.


Para él, el millonario es una persona capacitada para llevar la economía de un país tan grande, y piensa que en ese sentido las cosas irán mejor, sin embargo, pidió respeto a la vida de todos los seres humanos.


Encomendarse a Dios


Darwin Cortés originario de Guatemala, confía en Dios; “en la biblia dice que Dios pone presidentes y quita presidentes”, también asegura que “está escrito que vienen tiempos difíciles”, por eso fortalecido con su fe continuará su camino en busca de un mejor futuro en Estados Unidos.


"Perro que ladra..."


Para Manuel procedente de El Salvador, Trump “ha ladrado mucho” pero duda que “muerda”; a nivel internacional se está ganando enemigos con sus declaraciones dice, “y ya los chinos le dijeron que le baje de huevos”.


A otros como Baldemar no les importa en lo más mínimo, de oficio campesino en su natal Guatemala, de pocas palabras, dice que continuará “a la brava” su camino.


Martha, nacida en El Salvador, antes de entrar a la oficina para continuar sus trámites de visa humanitaria, responde: no le tengo miedo a ese Trump, sólo ella --señalando la imagen de la virgen de Guadalupe en el umbral de la oficina-- es la que nos guía.


Aumento de flujo migratorio


Pese a la respuesta temeraria de algunos migrantes, algunos datos muestran la premura de muchos por alcanzar el país del norte antes que tome el cargo el magnate, lo cual ocasionará un incremento de flujo migratorio en los siguientes meses.


Ana Isaí López, representante del Servicio Jesuita a Migrantes México (SJM), encargada de trámites de visas humanitarias en el albergue de personas migrantes “Hermanos en el Camino” informó que la elección de Trump precipitó la decisión de las personas que antes esperaban con paciencia visas humanitarias, para intentar cruzar la frontera.


Para ella el ambiente es de tensión e incertidumbre; ya que su labor depende de la política migratoria y si ésta cambia de manera negativa para quienes solicitan visas humanitarias, es como si le ataran de brazos.


Duda si México continuará otorgando visas humanitarias, ya que la política migratoria mexicana está subordinada a lo que dicta Estados Unidos, o se pregunta en qué condiciones serán entregadas dicha visa.


El caso es similar para quienes solicitan refugio en México. Josué Gómez, encargado del área de solicitantes de Refugiados en “Hermanos en el Camino”, en coordinación con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), asegura que la elección de Trump es un hecho lamentable, ya que teme que sus amenazas de deportaciones se lleven a cabo.


En el caso de los refugiados para entrar a Estados Unidos, se han cerrado casi todas las puertas, sobre todo para aquellos que huyen de pandillas; en el caso de México --dijo-- se avanza de manera lenta en el reconocimiento de este derecho, sin embargo, el mayor problema es que después de otorgar el refugio a la persona continua vulnerable ante la falta de infraestructura en Derechos Humanos que tiene México, aún más en el sureste.