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Piden a Sedatu apoyos de damnificados del Istmo, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

TEHUANTEPEC, Oaxaca.- Integrantes del Frente de Damnificados -del sismo del 7 de septiembre-, se manifestaron la mañana de ayer en las oficinas de la Recaudación de Rentas de Tehuantepec, para exigir se les entreguen los recursos del segundo censo que realizó la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), encabezados por Sonia Martínez Juan.


La representante lamentó que el gobierno del estado y la federación le estén dando largas a las familias que aún no han podido reparar o reconstruir en su totalidad sus hogares que resultaron afectados en el pasado sismo, porque no han recibido los recursos asignados a través de la Sedatu.


Expresó: “tuvimos que vernos en la necesidad de manifestarnos pacíficamente y de esta forma tratar de presionar para recibir el pago, porque solo así, presionando y cerrando simbólicamente oficinas les harán caso a sus demandas planteadas desde el 7 de septiembre del año 2017, cuando ocurrió el terremoto que afectó cientos de de hogares en Tehuantepec”.


Martinez Juan, apoyada por un grupo de 30 personas, mostró su preocupación y temor de que sus compañeros no reciban ningún apoyo, aun cuando ya se llevó a cabo un segundo censo por parte de la dependencia.


Aprovechó la ocasión para exigir a las autoridades en qué fueron gastados más de 200 millones de pesos, que en su momento fueron destinados precisamente para la reconstrucción del Istmo de Tehuantepec.


Los manifestantes se retiraron al filo de las 12:50 horas y las actividades se suspendieron y se reanudarían para este día.


Por otra parte, en Juchitán, tres sismos de mediana intensidad registrados durante la madrugada de este martes, despertaron abruptamente a las familias de esta comunidad istmeña, que dormían plácidamente, obligándolas a salir de sus viviendas ante el temor de un temblor de mayor fuerza.


El violento despertar remitió a las familias juchitecas a aquel fatídico día que, con un prolongado y fuerte movimiento, acabó con miles de viviendas y decenas de vidas humanas.


A tres semanas de cumplirse un año de la trágica noche del 7 de septiembre, cuando se registró el poderoso terremoto de 8.2 grados, de nueva cuenta volvió el miedo, la zozobra y el insomnio.