JUCHITÁN, Oaxaca.- Arturo Velásquez Aguilar es el psicólogo de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER) Número 63, que atiende a niños de primaria de las principales escuelas de la ciudad como son la Daniel C. Pineda, Centro Escolar Juchitán y la Héroes del 5 de Septiembre, considera que a más de siete meses del terremoto, la mayoría de los niños acuden y asimilan de forma normal su educación en las aulas.
El licenciado en Psicología dijo que esto ha sido, principalmente, gracias a los padres que realizan el trabajo al explicarles que son fenómenos naturales que tienen que suceder.
Sin embargo, reporta que hay todavía algunos niños que presentan dificultades; calcula que menos del 15 por ciento del total, entre los que se encuentran niños que se resisten a subir a una segunda planta, “ahí es donde entramos nosotros”. Asegura que se les combate el estrés con juegos y otras actividades para regresarles la confianza.
Rememoró que luego del terremoto y en los primeros días de clase, los alumnos, sobre todo de primero y segundo grado, se resistían a ir a la escuela por las réplicas; preferían, ante un temblor, estar en su casa y cerca de sus padres a quienes argumentaban: “va a temblar y tú no vas a estar, ¿quién me va a cargar?”
El regreso de los niños ha sido completo porque ya no hay tantas réplicas, asegura el maestro en educación especial, quien dice que el nerviosismo todavía se refleja en algunos niños que ante un ligero temblor lloran en el aula, pero asegura, son a lo mucho dos por escuela.
También detectan que otros niños siguen afectados, porque ante un ligero temblor corren inmediatamente a la puerta y no ponían atención a la clase por estar a la expectativa de que tiemble.
Los contados casos de los niños que mantienen nerviosismo ante las réplicas “son niños muy mimados”, cuyo papás los protegen demasiado; “ya platicamos con los padres que no los hagan sentir inseguros e inútiles”.
