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Arremeten contra chofer que provocó accidente mortal en Salina Cruz, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

SALINA CRUZ, Oaxaca.- Los sentimientos de dolor e injusticia se mezclaron en los familiares y conocidos de Ian - el bebé muerto en un accidente vial ocurrido la noche del viernes-, esto los hizo salir a las calles para buscar justicia, o algo que se le parezca, y que pueda ayudarlos a sanar.


Se organizaron y cazaron a un urbano que es señalado de ser la unidad que chocó al taxi y que le quitó la vida a Ian. Por varias horas retuvieron al urbanero y al cobrador, los amarraron a un árbol y golpearon al chófer, hasta que finalmente, según ellos, este hombre “confesó” ser el autor y fue entregado a las autoridades.


Los familiares indicaron que sólo quieren justicia, por el pequeño y por los padres; gritaban que la pasividad de las autoridades los obligaron a llegar a esto, un acto fuera de la ley para hacer valer la ley.


Afuera, conocidos y compañeros de los retenidos exigían su inmediata liberación, “es una injusticia” esgrimieron con indignación, “¿Cómo va a estar trabajando alguien que mató? Uno se pela” agregó un hombre con los ojos llenos de angustia. En unos minutos la Justicia tomó diversas formas confusas e irreales.



Vecinos con la unidad y los trabajadores

Lo marcaron


El grupo de casi 50 personas interceptó el urbano sobre la Carretera Transístmica, a la altura de la tienda La Sevillana, y trasladaron a los dos trabajadores hasta un terreno en la colonia Jardines.


Al momento de ser interceptado el camión -de color blanco con amarillo, con número económico 01, sin placas de circulación y con razón social “Servicio Público de Pasaje San Antonio Monterrey, Salina Cruz y Viceversa”- los inconformes trataron de quemarlo; pero el combustible utilizado se apagó y sólo sacó humo.


La pesada unidad se quedó sin control y se fue en reversa, y chocó contra un Jetta, de la marca Volkswagen de color plateado y placas MRH-24-46 del Estado de México, no hubo nadie que respondiera al conductor afectado.


Al final, con aquella marca maldita, el urbano se unió a los retenidos en el terreno para ser testigos del acto popular.


Inquisición


A poco más de 200 metros de la estación de bomberos, los dos hombres fueron sometidos a un “interrogatorio” donde se les hizo hablar. Aquel improvisado jurado popular no se limitó en aplicar su “justicia” para llegar a la verdad, arremetieron contra los acusados, bajo la sombra de un árbol. 


El cargo por el cual estaban en aquella distópica situación era la muerte Ian -que fue enterrado este domingo-, según los ahí presentes, alguien había reconocido el autobús y a los trabajadores. Y, argumentaron, que ante la falta de justicia, ellos la harían presente en esta tierra ardiente.


El urbanero quedó con la cara cubierta de sangre debido a los golpes y él “confesó” al cargo que le exigieron se hiciera responsable.



Pidieron la presencia del dueño de la unidad

Al “obtener” la respuesta, el grupo pidió la presencia de Agentes Estatales de Investigación y de un agente del Ministerio Público para que se los llevaran detenidos, y que los sometieran a proceso por la muerte de Ian; también pidieron la presencia del dueño del urbano, para que responda por las heridas de los padres, la madre todavía está en el hospital.


El urbanero permanecía dócil a la espera de que el acto llegara a su final, el hombre dijo que estaba en manos de Dios; los hombres ahí presentes por momentos amenazaron con quemarlos.


Ojo por ojo


Al enterarse de la retención de sus compañeros los urbaneros se organizaron, sin importar la empresa, suspendieron el servicio en la ciudad. Y las unidades comenzaron a sitiar el lugar donde sus dos compañeros estaban sometidos.


Diferentes rutas se reflejaban en los parabrisas de las unidades, comenzaron a llegar unidades con decenas de personas. La violencia ejercida por los manifestantes estaba a punto de regresar en forma de más violencia.


Al menos 50 choferes acudieron para intentar rescatar a los compañeros de oficio, ambos grupos se armaron con lo que había a la mano: palos, piedras, gasolina y hasta ácido de sus unidades.


La Policía Municipal llegó al lugar y acordonó la zona. en primera instancia sólo se mantuvieron a la expectativa y en espera de refuerzos de la Policía Estatal, debido a que eran superados en número por los inconformes, quienes por un momentos se aventaron palos y piedras pero se logró restablecer el orden.


Sin embargo, los vecinos continuaron en su exigencia de “justicia” y advirtieron que mantendrían retenidos a los presuntos responsables de la muerte de Ian hasta lograr su consignación ante un Ministerio Público.


Una ambulancia llegó al sitio para revisar a los retenidos, todos estaban a la espera de un movimiento en falso para comenzar el combate; pero por fortuna nunca se llegó a ese momento.


Al final el urbanero fue llevado al Hospital con Especialidad para su atención médica, ya que los golpes lo dejaron en mal estado.


El personal ministerial llegó y habló con un abogado, sobre la situación y lo que iba a proceder para terminar con esto. Todos acordaron los pasos, ahora, se debe esperar por las acciones que tomen las autoridades, urbaneros y colonos. Esto no es el final del caso Ian.