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"Sanjuaneras" acaparan mercado textil del Istmo, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

SAN JUAN GUICHICOVI, Oaxaca.- Este pueblo mixe que forma parte de la zona norte del Istmo de Tehuantepec, tiene poco más de 14 mil mujeres, más de la mitad del total de habitantes.


De esta cifra, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 75% está en pobreza moderada y pobreza extrema, por lo que no es extraño que el 90% de ellas se dedique completamente a la producción de la vestimenta istmeña.


Las "Sanjuaneras", como son conocidas las mixes en el resto de la región, acaparan el 80% de los mercados regionales, sobre todo de Juchitán, Tehuantepec y Matías Romero, con sus textiles, tanto tradicionales como modernos, desplazando a las juchitecas y las artesanas de San Blas, Santa Rosa de Lima, Chicapa de Castro y Unión Hidalgo, en mucho por la cantidad, variedad y el bajo precio.



Los trabajos se realizan en máquinas de coser con más de cien años de existencia. FOTO: Roselia Chaca

 


Tradición preshispánica


En San Juan Guichicovi existe la tradición del textil desde la época prehispánica con los huipiles de telar en colores rojo y morado, los conocidos como enredos y ahora en franca desaparición, con una franja a la mitad de un pequeño tejido de color amarillo  que era la forma de ocultar el empate de los lienzos; con los años, esa franja se hizo en cadenilla, en la máquina Singer. 


También producían los ceñidores para hombres y listones. Los ceñidores, al final llevaban bordados, mientras que los listones los cortaban en lienzos de tres metros y los plisaban; éstos desaparecieron con los listones industriales de Guatemala y China.


Las Sanjuaneras siempre surtieron a los pueblos con sus textiles pero en pequeña escala, aunque desde hace 30 años el Gobierno Federal empezó a financiar a las mujeres, primero a través de INI que luego se convirtió en CDI.


Inocencia Montero y Selene García Mijangos, auxiliares del Centro Coordinador para el Desarrollo Indígena de la Comisión Nacional para  el Desarrollo de los Pueblos Indígenas  (CDI) en San Juan Guichicovi, explicaron que a través del programa POPMI, se busca  contribuir  a mejorar las condiciones de vida y posición social de las mujeres indígenas que habitan en localidades de alta y muy alta marginación, como es el de las Sanjuaneras.



Las tejedoras muestran la gran variedad de modelos y tejidos que elaboran con sus manos. FOTO: Roselia Chaca

 


Las tejedoras están organizadas


En San Juan Guichicovi, NOTICIAS visitó cinco grupos o talleres: Flores de Gardenia, La Purísima, Kunaax, Artesanía Iris y Mujeres de Fe. Las 33 mujeres que producen a la semana entre 100 y 200 piezas tradicionales (huipiles, enaguas, blusas, vestidos y trajes, entre otros)  reciben acompañamiento de Inocencia y Selene durante todo el desarrollo del proyecto, con la finalidad de fortalecer la organización del grupo.


En el taller Flores de Gardenia, con un año de trabajo, las 6 mujeres que integran el grupo utilizan máquinas con más de cien años de antigüedad, las cuales adquirieron de entre 15 a 20 mil pesos en el mismo pueblo.


En esas máquinas elaboran a la semana de 60 a 70 huipiles de cadenilla, que distribuyen cada 15 días a 6 comerciantes del mercado público “5 de Septiembre” de Juchitán. En este espacio colocan la mercancía a precios que van de 150 pesos a 800 pesos, de los más sencillos a los más elaborados.


Mayra Peralta Cruz, con 25 años, realiza hasta 8 huipiles a la semana con el modelo más sencillo “Rejita” y de 3 a 4 huipiles de cadenilla a la semana de un sólo golpe con  los  modelos “doble estrella”, “flores de gardenia”, “peine”, “estrella”, “rombo”, “rositas” “pescaditos” y “arañitas”.


Las ancianas, como Paula Hernández, de 63 años, se encargan de reproducir los modelos más antiguos de huipiles como “las barajas”, que tienen un mayor precio en el mercado,  mientras que las más jóvenes se encargan de   las “rejitas” y las blusas modernas con incrustaciones de cadenilla.


En el taller de los grupos La Purísima y  Kunaax, la producción es distinta, aquí las 13 mujeres se enfocan al bordado de flores y a la creación de vestidos y blusas con motivos de cadenilla y bordados, además de comercializar de manera individual sus productos fuera de la región como Ciudad de México, Coatzacoalcos y Yucatán, con el fin de lograr mejores precios.



Las tejedoras están organizadas y tienen acceso a créditos. FOTO: Roselia Chaca

 


Diversifican sus creaciones


En tanto, las 14 artesanas de  Artesanía Iris y Mujeres de Fe se enfocan a la producción de blusas, bolsas, carteras, cinturones, diademas, monederos, huipiles y trajes, obteniendo cada mujer a la semana de 300 a 400 pesos de ganancia, casi siempre en mercados de Villahermosa y Cancún, donde los productos se logran colocar al doble de lo que obtendrían en la región.


Para este grupo, la mayor demanda son las blusas modernas con bordados o cadenillas, así como accesorios, por lo que actualmente la producción se está enfocando hacia esa petición.