JUCHITÁN, Oaxaca.- El temor no parecer tener fin, las réplicas azotan el Istmo de forma constante. Juchitán, tierra zapoteca y donde los hombres bajaron de las nubes vive sus momentos más tristes. El dolor, la muerte, la desesperación no se van. Pero para una familia la esperanza se apagó 36 horas después, el policía que estaba en el Palacio Municipal y se encontraba como desaparecido, fue encontrado sin vida.
Pétrea tumba
Eran casi las 12:00 horas cuando se supo que el policía municipal fue encontrado entre los escombros del Palacio Municipal, en ese momento a través de la boca, se les escapó a la familia un estentóreo sonido que desgarró el cielo y el corazón, mas no se perdió entre la multitud, ya que el dolor los unió, y sus ojos rojos, que se habían vaciado de tanto llorar y de velar a un montón de piedras dejaron escapar un parte de su alma.
La esperanzas de la familia, amigos, compañeros y de cuerpos de rescate de encontrar con vida a Juan JR se desvanecieron, fueron sacudidos por dentro. Tal vez, ya sabían que debido a las pesadas lozas que estaban sobre él estas le habían quitado la vida de forma instantánea; sin embargo no dejaron de creer, necesitaban verlo para aceptar que ese hombre ya no estaba en este mundo.
Policías llevan a su compañero a un mejor lugar para descansar en paz. FOTO: Fernando Santiago
Juan de aproximadamente 40 años, fue localizado en el lado sur del emblemático y herido Palacio Municipal, lugar que el policía caído resguardaba y que cuidó hasta su último aliento. Él era del primer turno y estaba en la segunda planta del edificio, con él estaba otro compañero que resultó con lesiones cuando saltó para evitar la muerte, el sobrevivir le ha costado ya que pregunta por su compañero.
Guardia de Fe
Los familiares del Juan pasaron casi las mismas horas frente al emblemático sitio que su familiar llevaba desaparecido, lugar donde cerca del mediodía todos los familiares se unieron en un abrazo para llorar la muerte de Juan, el policía pereció en el cumplimiento de su deber.
Elementos de la Policía Municipal, quienes también fueron amigos de Juan se dieron la mano en señal de unión, fuerza, solidaridad y que están de pie, que seguirán dando su vida en apoyo al prójimo, sin distinción de género, estatus social y religión.
La historia de Juan se une a muchas más tras el terremoto que marcó no sólo a Juchitán, que perdurará en la memoria del Istmo, y cambiará la visión del estado.
No están solos, no somos débiles. FOTO: Fernando Santiago
La herida aún está abierta y los juchitecos están marcados, todos cargan con una herida que no se ve pero se siente, que agobia el alma, que los llena de dolor. Mas no se debe olvidar el espíritu de la Heroica Ciudad que le han dado sus habitantes, así que están seguros que renacerán de entre los escombros como el grano de maíz se abre paso entre la tierra y da vida.
