El párroco del Carmen Alto, Héctor Zavala Balboa agradeció a Dios por dar vida al promotor cultural Ignacio Toscano Jarquín, pero especialmente, por todo lo que dio en su vida durante su vida.
“Estamos aquí, para dar gracias a Dios, por todo lo que nos ha dado en la persona de Nacho”, asentó, durante la homilía de la misa oficiada en su memoria.
Ante funcionarios de la administración estatal, amigos y compañeros de trabajo, así como de Alfredo Harp Helú y su esposa María Isabel Grañén Porrúa, el sacerdote expuso que el fallecido promotor cultural supo aprovechar la vida para desgastarse y dejar una enorme huella.
“La vida se aprovecha o se desperdicia y en este caso, el grano de trigo de Nacho dio buenos frutos”, asentó.
Subrayó que Toscano Jarquín supo vivir y escoger el camino de la cultura y las bellas artes para difundir la expresión y la capacidad del hombre cuando crea.
Además, destacó que el fallecido promotor cultural trabajó de manera decidida y con gran entrega, a pesar de no ser originario de Oaxaca.
“No nació aquí, pero se sintió oaxaqueño. Por eso, su corazón está aquí latiendo junto todos los que conocieron y quisieron”, anotó.
Cómo olvidar –asentó–, su gran proyecto, el festival Instrumenta Oaxaca, realizado al lado de Harp Helú y su esposa, así como de muchos bienhechores más, para convertirlo en todo un éxito.
Resaltó que Toscano Jarquín promovió otros proyectos más, porque siempre vio el cielo azul y los horizontes de optimismo, para hacer cosas bellas por Oaxaca.
“Siempre andaba pensando en hacer cosas positivas”, añadió.
Por eso, resaltó que seguramente no se olvidará el paso del promotor cultural, pues siempre supo dar frutos y supo ser un buen amigo o compañero de trabajo.
“Hay quienes cuando mueren los olvidamos, pero hay personas que llegan para quedarse”, remarcó.
Ante esto, el presbítero rogó a Dios tener en su presencia a Toscano Jarquín y recompensarlo por el bien hecho a Oaxaca.
