Pasar al contenido principal
x

Señala Solalinde corrupción en el instituto Nacional de Migración

Migrantes
Foto(s): Cortesía
Redacción

Gerardo Valdivieso Parada / Noticias, Voz e Imagen del Istmo

 

JUCHITÁN, Oaxaca.- El sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, fundador del albergue de migrantes en Ixtepec Hermanos en el Camino, que ha sido crítico con la implementación de las caravanas de  migrantes y ha denunciado a Irineo Mujica de “Pueblo sin fronteras”, uno de los organizadores, de aprovecharse económicamente de los participantes, esta vez centró sus críticas en la corrupción que sigue imperando en el Instituto Nacional de Migración (INM).

El sacerdote que ha defendido a la 4T y al presidente Andrés Manuel López Obrador, ante la crisis que ha generado que decenas de miles de extranjeros estén varados en la frontera sur, ha criticado a los altos funcionarios del INM que, a su juicio, no han sido sensibles ante el fenómeno migratorio, y a su comisionado, Francisco Garduño Yáñez, le ha señalado no tener el perfil para estar al frente del Instituto. 

Para Solalinde Guerra, la falta de pericia con que los directores del INM han manejado la llegada de haitianos y  centroamericanos a Tapachula, Chiapas, lo ha convertido en un tapón a punto de reventar, el cual ha alentado la conformación de las caravanas como la que actualmente se acerca a territorio oaxaqueño y que está conformada por alrededor de cuatro mil personas. 

A paso lento

Por su lentitud, la marcha de migrantes que protestan por el trato que les dan las autoridades mexicanas a su paso hacia los Estados Unidos, llegaría al Istmo en más de una semana, un paso obligatorio hacia su primordial destino: la Ciudad de México.

Dicho movimiento, ahora denominado “Por la justicia, la dignidad y la libertad del pueblo migrante”, salió de Huixtla a Villa Comaltitlán, Chiapas, un recorrido de 17 kilómetros.

Por la gran cantidad de menores de edad que acompañan a sus padres, el ritmo de la caravana es muy lento; en Huixtla descansaron todo el día para reiniciar la marcha y para evitar que el calor afecte a los menores, en su objetivo de llegar a la Ciudad de México.

El contingente es seguido de cerca por elementos de la Guardia Nacional, desde su salida de Tapachula; y a lo largo del trayecto han querido encapsular a los migrantes integrados por haitianos, cubanos y centroamericanos, por lo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha condenado el "uso excesivo de la fuerza" hacia la caravana.