TEHUANTEPEC, Oaxaca.- Los hoteles y restaurantes de la ciudad reportaron un crecimiento en sus ventas de hasta un 20 por ciento en comparación con otros años, con lo cual quedaron atrás los números rojos ocasionados por la emergencia sanitaria del Covid-19 que limitó su actividad.
El empresario Jorge Rosas Hernández informó que el actual periodo vacacional ha sido uno de las mejores en los últimos años, desde que se impusieron las restricciones. Al menos así ocurrió durante la primera semana de las vacaciones de Semana Santa 2023.
Manifestó que la actividad turística de la Semana Santa fue buena para el sector comercio, servicios y turismo, ya que alcanzó entre un 70 y 80 por ciento en cuanto al hospedaje y alimentación, 20 puntos más a las vacaciones de fin de año, pues, aunque también fueron buenas, éstas no superaron la cifra del 60 por ciento.
Rosas Hernández expresó que muchos de los visitantes provenían de otros estados del país, y en su estancia por Tehuantepec acudían a uno de los restaurantes a descansar y rentar una de las habitaciones disponibles para después continuar con su camino.
Añadió que no todos los que llegaron al municipio se iban, muchos se quedaban a disfrutar de las paradisiacas playas del Istmo, como son los casos de Playa Cangrejo y Chipehua, el primero en Morro Mazatán y segundo en Santa Gertrudis Miramar, ubicadas en agencias municipales de Santo Domingo Tehuantepec.
Tehuantepec y sus agencias tienen muchos lugares para disfrutar en familia, desde una ciudad colonial, centros vacacionales extraordinarios, lo que ayudó mucho en el repunte del sector comercio, dijo el empresario.
Por su parte, el dirigente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), Abimael Olivera Pérez, comentó que los principales destinos turísticos elegidos por los vacacionistas reportan al concluir la Semana Santa un crecimiento del 80 por ciento.
Señaló que con estas cifras el sector turismo, uno de los más golpeados por la pandemia, tiene un repunte, y si sigue así, pronto se levantará.
Durante el 2020 cuando entró la pandemia de Covid-19 a la región del Istmo, los ingresos del sector restaurantero y hotelero cayeron más del 60 por ciento, y trajo como consecuencia el recorte de gastos en más de un 50 por ciento, provocando afectaciones a toda la cadena de suministros.
