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Rechazan uso de pesticidas; urgen a FAO poner orden

Foto(s): Cortesía
Amando Orozco

JUCHITÁN, Oaxaca.- “Mientras dependamos de la comida rápida y moderna en lugar de restaurar y utilizar nuestros alimentos, semillas y métodos de cultivo tradicionales, no seremos independientes”, fue una de las conclusiones de la Quinta Conferencia Internacional del Maíz realizada esta semana en Juchitán y en la que participaron agricultores y líderes de Estados Unidos, Canadá, México, Guatemala, Panamá, Belice y el Caribe.

Cultivadores indígenas tradicionales y productores de alimentos, ancianos, poseedores de conocimientos, jóvenes, líderes tribales y culturales de los pueblos participantes señalaron que mientras se sigan usando pesticidas tóxicos y permitan que se usen en sus territorios tradicionales, seguirán viendo cómo se destruye su biodiversidad y sus niños y niñas nacerán enfermos.

“Si permitimos que nuestras semillas sagradas tradicionales se modifiquen genéticamente y se pongan en el mercado, perderán su memoria ancestral y no estarán allí cuando más las necesitemos, incluso para ayudarnos a adaptarnos y sobrevivir los impactos del cambio climático”, puntualizaron.

De ahí que hicieran un llamado a que se detenga la producción, importación y exportación, almacenamiento y el uso de pesticidas tóxicos y otros materiales peligrosos que afectan las tierras, aguas, alimentos, salud reproductiva y polinización de insectos, “sin nuestro consentimiento libre, previo e informado de conformidad con el Artículo 29 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas”.

Además, reiteraron el llamado a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), a que modifique el Código Internacional para la Gestión de Plaguicidas para garantizar el Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI) de los Pueblos Indígenas que se verían afectados, y los Convenios sobre sustancias químicas de la ONU, en particular el Convenio de Rotterdam que permite el transporte internacional de plaguicidas prohibidos, para que se ajuste a las normas internacionales de derechos humanos.

Aseguraron que seguirán trabajando juntos para construir un frente unido, para aprender, compartir, abogar, educar, defender sus derechos y formas de vida, y resistir a las fuerzas poderosas que buscan socavarlos.

La Quinta Conferencia Internacional del Maíz de los Pueblos Indígenas: “Xuba nga rusibani laadu” (El maíz es la base de nuestra vida), culminó este viernes.

Durante tres días se construyeron decisiones y se compartieron experiencias entre los asistentes, quienes reafirmaron que para los pueblos indígenas, el maíz no es un negocio, no es una mercancía.

“El maíz es nuestro abuelo y ancestro. Lo usamos para orar y estar conectados con toda la vida. Agradecemos al maíz por las tortillas, el atole, el pozol, el “bupu”, los tamales, los moles de maíz, y otros alimentos tradicionales de maíz que utilizaron nuestros ancestros, que nos siguen sustentando a diario y serán la fuente de supervivencia para nuestras generaciones futuras”.