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Guadalupe Ramírez, comunera de voz firme en el Istmo de Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

UNIÓN HIDALGO, Oaxaca.- En el día de la Mujer Rural Oaxaqueña, muchas de las mujeres en la región del Istmo no tienen voz ni voto en sus representaciones agrarias tanto en las comunales como en las ejidales, siendo los hombres los que tienen toda la representación y muy pocas las oportunidades de las mujeres de ser consideradas en las asambleas.

 

En el caso de la Asamblea de Comuneros de Unión Hidalgo, las mujeres comuneras han tenido una participación muy activa por la lucha de sus tierras, estando a la par de sus compañeros comuneros en la aportación de ideas.

 

 

En la reciente demanda contra la empresa EDF -realizada en París-, por violar los derechos humanos de los habitantes de este municipio y en la cual recibieron el respaldo del Centro Europeo de Derechos Constitucionales y Humanos, han resaltado las palabras de la comunera Guadalupe Ramírez en la defensa de las tierras ancestrales de los zapotecos.

 

 

Su participación va mas allá de preparar los alimentos, cargar las pancartas o lucir en traje regional, la ama de casa de 65 años de edad, ha encarado con argumentos a los dueños de tierras que quieren rentar sus terrenos a la empresa transnacional a una empresa eólica en las reuniones informativas de la llamada consulta indígena.

 

 

Contra viento y marea

 

 

La comunera ha reiterado en las reuniones de información que ha convocado la Secretaría de Energía, que no basta con tener la mayoría para tener la razón, y ha fundamentado en el micrófono los desaciertos de la manera en que el gobierno ha llevado la consulta indígena llevándolo para una aprobación anticipada.

 

 

Al estar expuesta en las manifestaciones y al tomar la voz para dar la posición de los comuneros ha recibido insultos por parte de los dueños de terrenos y sus seguidores, que han puesto en peligro incluso su integridad física.

 

 

Según datos del Congreso oaxaqueño en el estado, más de un millón de mujeres rurales trabajan diariamente para asegurar la subsistencia de sus familias, desempeñando un papel fundamental en la producción agropecuaria, en la economía doméstica y comunitaria.

 

 

Las mujeres no ejercen sus derechos agrarios en condiciones de igualdad con los hombres, ya que solamente el 20 por ciento de ellas son reconocidas como ejidatarias o comuneras en sus comunidades, situación que prevalece en todo el país.

 

 

En el caso de Oaxaca, el 80 por ciento de las mujeres rurales son indígenas, en situación de subordinación, discriminación y no reconocimiento de sus derechos agrarios.