JUCHITÁN, Oaxaca.- Aníbal Carrasco Sánchez fue jefe operativo de las plantas de destilación primaria 1 y 2 de la refinería Antonio Dovalí Jaime de Petróleo Mexicanos (Pemex); denunció que fue despedido luego de ser objeto de acoso laboral por haber informado de posibles contaminaciones, fugas e incendios en la planta. No sólo fue ignorado “por el contrario, me degradaron, humillaron, amenazaron y despidieron”.
Acoso laboralEl ingeniero juchiteco denunció que “de manera sistemática, dolosa y negligente he sido objeto de acoso laboral, por informar y reportar desde el 2015, irregularidades y deficiencias en el servicio, me han despedido. Los reportes eran para informar sobre los riesgos industriales, administrativos y ambientales, pero fueron tomados como ataques a mis superiores y compañeros, generando un ambiente laboral hostil hacia mí”.
Con 23 años de servicio en las que laboró como ingeniero de operación de las áreas efluentes, plantas de destilación primaria, catalítica entre otros, dijo que por dar informes de las irregularidades en la refinería fue cambiado siete veces de área de trabajo en ocasiones “sin justificación técnica, ilegal y de manera degradante”.
En las denuncias por corrupción señala a directivos de la Subdirección de Producción de Petrolíferos, Gerencia de la refinería, Servicio Médico de Petróleos Mexicanos, Recursos Humanos y Línea Ética de Petróleos Mexicanos, ya que “con anticipación informé de las posibles contaminaciones, fugas e incendios y fui ignorado”.
Detalló que desde el año 2019 generó informes dirigidos a las autoridades de la refinería de Salina Cruz, exponiendo la condición de riesgo ambiental en el área de afluentes y las recomendaciones para su control, que no fueron atendidos. “Por cumplir con mis funciones y responsabilidades me despidieron”, dijo.
Agregó que hizo una denuncia ante la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Oaxaca (Propaeo) en el año 2022, ya que “el reglamento de higiene de Pemex y sus empresas productivas subsídiales establece la prohibición de arrojar sustancias materiales y residuos peligrosos a los sistemas de drenaje”.
Expuso que según información obtenida a través del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), los montos relacionados a la recuperación y tratamiento y disposición final del hidrocarburo al interior de la refinería e impactos al interior alcanzaron de 2017 al 2022 los 709 millones de pesos.
Los supuestos trabajos para tratar el hidrocarburo por parte de contratistas y recursos propios de Pemex no respetaron los reglamentos de seguridad e higiene y se hicieron bajo contratación directa “para recoger, recuperar lo que está prohibido tirar o derramar”.
