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Abandonadas e invadidas, zonas arqueológicas en Juchitán

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, OAX.- En medio de una planicie rodeada de colonias populares se eleva un pequeño cerro con arbustos y olivos negros, árbol sagrado que los zapotecas denominan Guie’ Yase’. Desde  lo alto de la loma se puede observar parte de la Novena Sección de Juchitán.

 

A simple vista la zona desentona con todo lo que la rodea; primero por su inusual elevación, más de cinco metros sobre el camino; segundo, por los cientos de fragmentos de cerámica pintada  que brotan de la tierra a la primera rascadura, sin contar varias excavaciones en todo el terreno cercado con alambre y postes de madera.
El área mide más de una hectárea y tiene dueño, pero la familia que la resguarda no se ha atrevido a lotificarla hasta ahora, aunque sí las tierras que la circundan, dejándola en medio de casas y caminos.

 

 

LA IMPORTANCIA

 

 

Este espacio es el segundo asentamiento que tuvieron los antiguos zapotecas de Juchitán, después de la Laguna Biahuidó’. Se localiza detrás del Campo Tiburón y de la colonia Las Palmas, entre la Novena Sección y la carretera que conduce a Santa María Xadani.
José Luis Valdivieso Ortiz, joven de la Novena Sección que encabeza la organización Los Chegueños, que busca el rescate de ésta y otras zonas en beneficio de los niños y jóvenes de Cheguigo Sur, muestra su preocupación por una posible lotificación del asentamiento prehispánico por parte de los dueños.
“Es un lugar prehispánico, aquí se han encontrado importantes piezas de la cultura zapoteca. Aquí es frecuente que escarben y encuentren piezas antiguas. La loma que se nota en medio no es accidental, por todas las características de la zona puede ser un montículo prehispánico, pero como no se ha estudiado por especialistas no se sabe si es una pirámide o algo parecido”, argumenta el joven.
Y efectivamente, en los años 70, en el lugar se encontró un monolito en posición ritual con las manos cruzadas, quizás un sacerdote, se llamó la Piedra de Hui Tarala (nombre del descubridor José Luis Tarala), pieza que actualmente se encuentra exhibida en la Sala dedicada a Oaxaca en el Museo Nacional de Antropología e Historia de la Ciudad de México.
Además de una posible lotificación o invasión de algún grupo político, están los saqueadores que han estado en el lugar, ya que se notan grandes huecos y excavaciones rústicas en la planicie y en lo alto del montículo.

 

 

EL ANHELO

 

 

“Nos gustaría que el lugar fuera un museo de sitio, que los habitantes no sólo de la Novena Sección, sino de Juchitán conocieran el lugar prehispánico, que valorarán lo que aún no ha sido destruido. Ojalá y alguna autoridad voltee a ver este importante espacio de los zapotecas”.
A medio kilometro de este punto se localiza el primer asentamiento prehispánico de Juchitán, Laguna Biahuidó’, también rodeado de colonias populares, ranchos cercados y arbustos por todos lados, como protegiendo el corazón de la laguna principal de Biaahuidó’.
Frente a la laguna principal, de acuerdo a los estudios realizados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el 2000, se localiza un montículo de tierra, éste se puede  observar desde el trazado camino protegido por cercas.
Los gigantes biaahui (zapotes) y ceibas, de los últimos en la ciudad, imponentes se elevan. Debajo de la tierra, según el INAH y por los vestigios encontrados, descansan los restos de los zapotecas del año 1300 A. C. al 300 D. C.
El camino terracero continúa  hasta dar con una planicie de por lo menos cinco hectáreas que alguna vez fue basurero municipal denominado “Basurero zope” (clausurado en la administración de Leopoldo de Gyvés de la Cruz, 1999- 2001, siendo regidora de Ecología, Marina Meneses), colindando casi con la carretera federal Panamericana.

 

 

LO OFICIAL

 

 

De acuerdo al dictamen del INAH del 15 de diciembre del 2000, el sitio  oficialmente abarca una extensión de 59.21 hectáreas con cuatro lagunas intermitentes, ubicado al poniente de Juchitán a 1.5 kilómetros de distancia del casco urbano, aunque la mancha urbana continúa avanzando de manera alarmante sobre la laguna por todos los flancos.
La laguna principal fue cercada por un grupo de ciudadanos hace un año con postes de cemento y malla, pero hace tan sólo cuatro meses la malla fue robada, por lo que también se teme que en cualquier momento algún grupo político lo invada para construir una colonia popular, dándole así el tiro de gracia a la zona.

 

 

“Nos gustaría que el lugar fuera un museo de sitio, que los habitantes no sólo de la Novena Sección, sino de Juchitán conocieran el lugar prehispánico, que valorarán lo que aún no ha sido destruido. Ojalá y alguna autoridad voltee a ver este importante espacio de los zapotecas”.

 

 

JOSÉ LUIS VALDIVIESO ORTIZ.